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Esto era un vez un niño que le gustaba mucho el pan y pimiento, y siempre estaba | a su mamá, le decía:
—Mamá, mamá, dame pan y pimiento, que quiero pan y pimiento.
Y la mamá le dic-, le hacía su bocadillo de pan y pimiento, y al rato el niño otra vez:
—¡Y quiero pan y pimiento! ¡Quiero pan y pimiento! ¡Mamá!, ¡mamá!
—¡Que no!, ¡que ya no se come más pan y pimiento!, ¡que te vas a poner malo!
Y el niño nada, que quería, que quería más pan y pimiento, y venga y más pan y pimiento.
Entonces… el niño, como él quería comer más pan y pimiento, pues se quedaba con ganas. Y su mamá tenía que salir a comprar y se fue a comprar y le dijo:
—Mira, que voy a ir a comprar un momentillo. Aquí te quedas haciendo tus cosillas de deberes, que ya mismo vuelvo.
Y el niño, cuando la mamá se fue, pues aprovechó y ¿qué hizo?, po que se comió un montón de pan y pimiento. Cuando la madre volvió, pues el niño estaba gritando de dolor:
—¡Ay, que me duele mucho la barriga! ¡Ay, cómo me duele la barriga, mamá! ¡Me duele mucho la barriga!
—¿Qué has hecho?
—Que he comido mucho pan y pimiento.
—¿Pero no te dije que no lo cogieras más el pi-, pimiento, que te ibas a poner malo? ¿No te lo dije?
⎯¡Ay, qué dolor, mamá! ¡Ay, qué dolor!
Total, que entonces pues tuvo que llamar la mamá al médico, y vino el médico a la casa y estuvo viendo al niño y el | y le dijo:
—¿Qué te pasa? A ver, dime, ¿qué te pasa?
—¡Que me duele mucho la barriga! ¡Ay, que malo estoy, que me duele mucho!, ¡que he comío pan y pimiento!
Y entonces el médico le dijo:
⎯¿Qué te duele?, ¿por aquí?, ¿por aquí?
Y el niño:
—¡Ay, ay, ay, que me duele, que me duele!
Entonces pues le tuvo que poner una inyección. Y ya el niño pues seguía llorando y llorando, y el doctor se fue y le dijo… | antes de irse, le dijo:
—Ya sabes que tienes que hacerle caso a tu mamá y no comer tanto pan y pimiento porque mira lo que te ha pasao. ¿Eh, te das cuenta?
Y entonces el niño, pues ya su mamá se lo volvió a decir también y desde entonces pues este niño pues ya no quiso más pan y pimiento.