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Notas
mundolegía: ‘mundología’. Mundología: ‘coloq. Experiencia de la vida y habilidad para conducirse en ella y en las relaciones sociales’ (DRAE, 2014). Según comprobamos en el NTLLE, el primer diccionario que registra esta voz es el Gran diccionario de la lengua castellana (1902-31) de Aniceto de Pagés: ‘experiencia de la vida, conocimiento del mundo’.
(Nota léxica de Marta Torres Martínez)
Transcripción
Nunca me he deshecho de mi | Sé quién soy, de dónde vengo y... toa esa cosa que | Y he corrío mucho mundo y tengo mucha mundolegía* porque he estao cincuenta y siete años en Francia y no digo na lo que yo he hecho allí en el Centro Español y todo. He hecho muchas cosas buenas, ¿eh? Que cuando yo llegué el Centro Español estaba cerrao, no había | hacía muchos años que estaba cerrao y yo encontraba señoras españolas porque hubo una... una urbe de gente que subió... de emigrantes que iban a trabajar allí, a comer. Y en una plaza me he encontrado yo a mis dos niños que eran pequeños, que mi hijo tiene sesenta y tres años ya y mi hija tiene sesenta, esa tiene sesenta años ya. Y luego tengo las dos gemelas, que nacieron ya después, con cincuenta y siete años.
Pues mi hijo era pequeño allí ya y yo me iba a un parque, porque yo allí la lengua no la sabía, hablaba yo, hablaba catalán pero no hablaba francés. Y yo me encontré a unas señoras que yo… eh… llamaban a los niños y yo digo: "¿Estas señoras no son españolas?" y me hice con unos... con unas cuantas señoras españolas. Y yo les digo: "¿No tenéis un sitio donde juntarse, así los españoles, para poder, pues… cambiar impresiones y eso?", ¿no?, y dice la mujer: "No, no hay nada". Digo: "Pues mira, ¿sabes qué vamos a hacer? Vamos a ir a ver al cónsul".
Esto lo tengo yo escrito aquí en… en el Ayuntamiento, ¿eh?, porque voy a colaborar ahora en una... Van a hacer un... No sé exactamente cómo eso se llama pero van a hacer unos paneles de cada pueblo y va a haber un sitio donde se va a hablar de cada pueblo y entonces el alcalde me dijo: ―Tú vas a venir a representar nuestro pueblo y entonces tienes que hacer un trozo de... de tu... de tu biografía, de algo que has hecho o que | dónde te has destacao―. ¿No? Y entonces yo puse esto.
Por ejemplo, porque yo cuando | El cónsul | Fuimos a ver el cónsul y había un joven, bueno joven, más joven que nosotras, claro, estaba allí en, en el, en la entrada: ―¿Qué quieren?― Digo: ―Venimos a ver al señor cónsul―. Dice: ―Pues no. Está ocupado. No pueden verlo―. Iba yo con dos señoras más. Digo: ―Pues mire usted, yo quisiera verlo, que es una cosa urgente―. Y esto que veo salir un señor y le da un papel a | Y dice: ―Mire, este es el señor cónsul―. Era un señor que era de Asturias, bajito, ya un hombre más mayor. Y digo: ―Buenos días, señor cónsul. Mire, es que venimos a hablar con usted. ―¿Qué pasa? Esperad un momento que voy a despedir a esas personas y vais a entrar―. Y entramos las tres. Y digo: ―Mire usted, es que, verás, quisiéramos tener un sitio donde podernos encontrar, pues hay unas colonias de españoles tan grandes y estamos esturreaos―. Y dice: ―Bueno, pues es que aquí no sé cómo hacer porque hay un Centro Español pero está cerrao desde hace muchos años―. Dice: ―Y… hay | Solamente hay un señor que tiene la llave―.
Porque | De los que entraron, cuando la guerra, por la montaña. Que fue el primer socio que tuvo el Centro Español pero luego se cerró para recoger los niños de… los padres, que estaban los padres en los… en los campos de concentración y hicieron como una casa-hogar para los niños. Y entonces sirvió pa eso el Centro Español.
Y este hombre se quedó… se quedó con la llave porque es eso lo que | y me da la dirección del hombre y fuimos a verlo al hombre. Pues se llamaba Esteban el hombre y cuando digo: ―Mire, venimos de parte del señor cónsul. Pues que pasa esto y… y que díganos usted por qué el Centro Español está cerrao―. Dice: ―Pues hija, pues porque no hay socios y no se hace nada. Hace muchos años que está cerrao―. Y digo: ―Pues usted | ¿No podríamos ir a verlo para ver si podemos hacer algo? ―Uy, hay mucho trabajo que hacer allí dentro, mucho―. Bueno, pues vamos con las señoras, nos | viene el señor con nosotros… y claro, había mucho polvo y… bueno, las persianas que se iban, algunos cristales rotos… y estaba en una calle muy céntrica que la Ra- la Rue Jeanne d´Arc que se está | En fin, en el centro de Perpignan. Y entonces le digo yo. Digo: ―Mire, pero esto es una lástima que esté cerrao―. Digo: ―Porque, mire usted, nosotros somos muchos españoles que nos juntamos ahora en la plaza esa―. Digo: ―Que hay hombres se juntan en un rincón, las mujeres en otro y esto es | hay un hervidero de ahí que, que quisiéramos tener algo…―. Y el hombre se echó a llorar. Dice: ―Pos mira, hija mía, me estáis dando…en la gloria―.
La cuestión que… | Subimos arriba y una | un escenario precioso. Allí cogí yo el asma, ¿eh?, porque había de | hice así con el telón, que era de terciopelo rojo, y aquello soltó un polvareo… y entonces dije yo a las mujeres: ―Mira, vamos a buscar los señores, los maridos y que vengan tos los que puedan. Los jóvenes que sean adolescentes que vengan a ayudar. Y bueno, sí, sí…se…también mi marío, el primero. Y fuimos allí… pues tos a limpiar el Centro Español y todo.
Y yo un día | fue una especie de pieza ahí cerrá… que había allí con un candao y yo: “¿Qué habrá aquí dentro?, pues yo voy a entrar a ver lo que hay aquí dentro, tío. Quitamos los candaos y entramos”. Y estaba todo lo del campo de concentración: recuerdos, las mantas, las…, las, las… linternas, los, los… los cacharros aquellos que llevaban para alumbrarse, eh… zapatillas, eh… gente que había escrito… eh, diarios que habían escrito allí, puesto todo. Y los | las fotos de los niños aquellos, toas las fotos de los niños habían estao puestas en | metías cajas. Y digo: “¡Uy, lo que hay aquí! Esto hay que sacarlo!” Con que… hablaron con el cónsul y digo… digo: ―Mire usted, vamos a sacar aquello―. Digo: ―Eso es una lástima que esté eso cerrao. Eso hay que enseñarlo a la gente y… y la, y la historia hay que, hay que seguirla. Esto es la memoria que hay de esta gente―. Bueno, pues hicimos | limpiamos todo, pintamos muchas piezas de las que haya que pintar y entre los hombres y las mujeres dejamos el Centro Español… ya no te digo.
La cuestión es que aquel año mismo yo dije: “Vamos a hacer una coral. Y… vamos a hacer una escuela para los franceses que quieran venir aquí, a | venir aquí”. Las que estaban más destacadas, que habían llegao de Barcelona, Mercedes: ―Tú te pondrás de maestra. Vamos a hacer lo básico para que sepan hablar y luego vamos a hacer un sitio donde se cose―. Bueno, hicimos el Centro Español | lo, lo levantamos así. Y… y bueno, hago yo la coral, que como digo, que llamé a aquellos señores, y entonces hicimos la exposición. La primera exposición en el sesenta y seis. Pusimos todas las fotos de los niños, las mantas, porque estaban hasta los nombres de quién eran, eh, las cantimploras… todo lo decente. Lo pusimos todo, hicimos un… | Entonces hicimos | Entonces digo yo: “Ahora hay que hacer | con la coral hay que cantar las canciones que se cantaban entonces”. Entonces yo saqué “¡Ay, Carmela!”, saqué una que… con la letra, con la música de “Los cuatro muleros”, que | “El puente de los franceses”, que está en Madrid, ese puente está en Madrid, y luego pos cantamos, eh…, una canción de los… de los mineros de Asturias, “Santa Bárbara”, y hicimos un escenario…
Luego yo le dije… a mi hermana que estaba en Barcelona: “A ver si encuentras tú ahí…”, en Barcelona, “algunas personas que hayan sido | de los que pasaron la frontera por la montaña y eso”. Y justamente hay una escritora que escribe libros, que yo no sé si habrá muerto ya, Josefina, Josefina Piquer. Y… y entonces esa mujer vino y contó su historia cuando les pasó la | la montaña. Que su madre le había hecho una muñeca de trapo y la llevaba arrastrando, y la madre decía: ―Hija mía, suelta esa muñeca ya, que no podemos andar―. Y iba el soldao, eh… custodiándolos, porque estaban bombardeando y la… la niña: ―¡No quiero soltar mi muñeca!― y entonces un soldao se la mentó | se la montó a la niña en el hombro… | y la muñeca la llevaba la niña arrastrando, y la niña: ―Ten | ¡Quiero agua!, ¡quiero agua!, ¡tengo sed!― Y el… el soldao, viendo así una casa allí en un monte, po fue parriba y dice: ―Quedaros aquí. Voy a coger agua pa la niña―. Y cuando iba andando por la mitad de la montaña aquella un cascote lo mató. Y esa mujer, que se me ha quedao clavao en el alma. Esa vino a dar su test-, su testimonio, ¿no? Y yo le dije a Josefina: ―Tú te viniste, por la montaña, pero los que nos quedamos aquí también vimos muchas cosas, muy feas―. Y luego el cónsul se puso en contacto con Rusia, que habían muchos niños que se fueron a Rusia, que se los llevaron y allí quedaron todavía testigos de gente mayor que nos mandaron unos vídeos. Y monté yo el Centro Español así, hasta arriba. Así se quedó.
Y cuando me vine, cuando yo me vine de Génave | La, la… | Todavía está la coral, menos gente, ¿no? Y… y… bueno | pero siguen todavía con lo que yo les enseñé. Y hace poco, eh… la fiesta de la música, el veintiuno de junio, me llama una, una de las mías y me dice: ―Pilar, tenemos a un muchacho, que es de color, hijo de española y padre africano―. Y el chico dice: ―Yo vendré a…― | Tiene música, pero lo único que tiene es música. Las canciones que yo les llevaba allí no las lleva. ―¡Mira lo que nos quieren hacer cantar no se qué…!― Digo: ―Vosotros cogéis el repertorio último que cantamos nosotros―. Y entonces le dijeron: ―Mire usted, mira, mira― | Se llama Jorge, Giorgio. | ―Mira, Pilar me ha dicho...― dice: ―La he telefoneao y me ha dicho que cojamos el repertorio último que teníamos. Ahí cantábamos “Asturias”, cantábamos “Los cuatro muleros”.