Conflictos de conciencia en la guerrilla cubana

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0049r

Informantes

Bibliografía

IGRH: 0210

Otras versiones de "Conflictos de conciencia en la guerrilla cubana"

Alonso Fernández et alii (2017: n.º 2); Atero Burgos (2003: n.º 132); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 125); Checa Beltrán (2005: n.º 27); Cid (1974: n.º 32); Díaz (2007: F.38); Heredia Menchero (2017: n.º 596); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 265); Moreno Moreno (2016: n.º 15); Pimentel García (2020: n.º 517); Piñero Ramírez (1996: n.º 11); Piñero Ramírez (2004: n.º 9); Piñero Ramírez (2013: n.º 55); Tejerizo Robles (2007: n.º 451).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Esto eran seis soldados menos     con su bandera, con su escuadrón,
que van a salir al encuentro,     los inocentes, ¡ay, qué dolor!
El cabecilla les dice así:     ―¡Tos de rodillas vais a morir!―
pero un soldado que suspiró     dijo: ―¡Mi madre del corazón!―
Pero el soldado se dirigió     hacia el soldado que suspiró
y dice: ―Chico, ¿dónde eres tú?     ―Yo soy del pueblo Malatachón.
―El nombre, el de tu padre     y el de tu madre, quiero saber.
―Mi madre es Antonia Sánchez     pero mi padre yo no lo sé.
No tengo padre, puedo decir,     dejó a mi madre y también a mí,
y yo pequeño, de poca edad,     por eso ignoro dónde estará.
El chico, muy deligente,     como un cohete se levantó
y abrazándose a su padre,     que en hora y media no lo soltó.
―Tus amigos, vengan pa acá,     que quiero darles la libertad,
y tú, hijo mío del corazón,     pasas conmigo a nuestro escuadrón.
―Papá, no consientas eso,     que yo a tus filas no puedo ir,
tengo a mi madre en España,     no tiene a nadie na más que a mí.

Resumen de "Conflictos de conciencia en la guerrilla cubana"

Un grupo de soldados españoles que luchan en la guerra de Cuba son apresados por unos insurrectos. Cuando estos están dispuestos a fusilar a los españoles, uno de ellos nombra a su madre. El jefe de los cabecillas ordena suspender el tiroteo. Le pregunta al muchacho por sus señas y descubre que es su hijo, a quien abandonó de niño. Le pide que permanezca en su bando, pero el muchacho se niega porque quiere ver a su madre. El cabecilla salva a todos los soldados y le entrega una cantidad de dinero a su hijo para que se la haga llegar a su antigua amante. El soldado se despide feliz al pensar en lo contenta que esta se va a pone cuando conozca el afortunado lance.