La muerte ocultada

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Notas

Se repiten los versos según el esquema: "Ya viene don Pedro / de la guerra herido / y viene llorando / por ver a su hijo. / y viene llorando / por ver a su hijo".

Bibliografía

IGRH: 0080

Otras versiones de "La muerte ocultada"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3925); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 15); Álvarez Cárcamo (2019: 9.8); Atero Burgos (2003: n.º 42); Benítez Sánchez (2000: pp. 210-211); Checa Beltrán (2005: n.º 16); Fraile Gil (2010: n.º 59-60); Fraile Gil (2013: n.º 25); Fraile Gil (2016: n.º 17); Gil Muñoz (2010: n.º15); Manzano Alonso (2003: p. 295); Marazuela Albornos (1981: n.º 165; 176); Martínez Ruiz (1956: n.º 11); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 11); Moreno Moreno (2016: n.º 59); Pimentel García (2020: n.º 187); Piñero Ramírez (1996: n.º 41); Piñero Ramírez (2004: n.º 37); Piñero Ramírez (2013: n.º 41); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: p. 56); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 45); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 3); Trujillo Pacheco (2017: n.º 23, 24); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 80); Vázquez León (1993: n.º 2.1; 2.2).

Contaminaciones y engarces

Muerte ocultada + La infanticida (CLO, 0115r).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

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FLAWIÁ DE FERNÁNDEZ, N. Mª. y ISRAILEV, S. P. (2006). Hispanismo: discursos culturales, identidad y memoria, Vol. 2. Universidad Nacional de Tucumán.

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Transcripción

Ya viene don Pedro       de la guerra herido
y viene llorando       por ver a su hijo.
—Cúreme usted madre       estas siete heridas
que voy a la sala       a ver la parida.
¿Cómo estás, Teresa,       de tu feliz parto?
—Yo estoy bien, don Pedro,       si tú no estás malo.
—Acaba, Teresa,       de dar tus razones,
que me está esperando       el rey de las cortes—.
Al bajar la escalera       don Pedro expiró
triste y afligido       su madre lo cogió.
—Toquen, toquen, toquen       con mucha alegría
pa que no se entere       la recién parida—.
Ya llegó la hora,       los cuarenta días
de salir a misa       la recién parida.
—Yo te digo suegra,       como buena amiga:
¿qué vestido me pongo       para ir a misa?
—Yo te digo nuera,       como buena amiga:
el de seda negro       que te convenía—.
Y al entrar a la iglesia       todos le decían:
—¡Qué viuda más guapa,       qué viuda más linda!
—Yo te digo suegra,       como buena amiga,
¿qué palabras son esas       que a mí me decían?
—Yo te digo nuera,       como buena amiga:
mi hijo ha muerto,       tú no lo sabías.
—Hijo de mi vida,       hijo de mi alma,
tú no tienes padre;       yo no lo sabía—.
Subió a su cuarto,       corrió las cortinas
y con un cuchillo       se quitó la vida.
Toquen, toquen, toquen       con mucha tristeza
que ha muerto don Pedro       y también Teresa.

Resumen de "La muerte ocultada"

Un caballero, que viene herido o de la guerra o de cazar (le muerde un animal, yerra un tiro o le dispara un pretendiente de su mujer), se acerca a su casa para despedirse de su esposa y de su hijo recién nacido. En ciertas versiones, cuando llega a casa le pide a su madre que le oculte a su esposa su inminente muerte. Se marcha de la habitación de la recién parida con la excusa de que el rey lo está esperando y, al salir de allí, muere. La suegra decide ocultarle el fatal lance a la nuera mientras que esta pasa la cuarentena. Cuando la viuda le pregunta por quién doblan las campanas, la madre del finado le responde que están celebrando su parto; cuando le pregunta por el ruido que se escucha en casa, le contesta que se trata de gente jugando a los naipes. Una vez cumplidos los cuarenta días, la viuda decide ir a misa. Le pide a la suegra que la aconseje acerca de la ropa que debe escoger. Esta le propone que se vista de negro. Una vez en misa, oye que la gente se refiere a ella como "viuda". Le pregunta a su suegra, que le revela la trágica verdad. En algunas versiones, el recién nacido muere de pena y la madre le sigue poco después. En otras versiones, la viuda se suicida o mata al niño y después se quita la vida.