Los cigarrones de oro

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0090r

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IGRH: 0000

Bibliografía

Otras versiones de "Los cigarrones de oro"

Alonso Fernández et alii (2017: n.º 74); Alcalá Ortiz (2003: n.º 4040); Atero Burgos (2003: n.º 320); Checa Beltrán (2005: n.º 54); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1995: n.º 54); Moreno Moreno (2016: n.º 209); Pimentel García (2020: n.º 910).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

San Antonio precioso,     suplicaba a Dios inmenso
que con tu gracia divina     al hombre dio entendimiento,
para que mi lengua     refiera el milagro;
y en el huerto obrastis,     edad de ocho años.
Esto era un labrador     rico, honrado y prudente,
que mantenía su casa    con el sudor de su frente;
y tenía un huerto     onde él recogía
cosechas de frutas     que el tiempo traía.
Y una mañana trempano     vieron que el sol se tapó,
y un nublo de cigarrones     a los sembrados cayó;
y todos llorando     decían: —¡Dios mío!
estos cigarrones      nos dejan perdidos—.
Y un labrador muy honrado     [¿llorandito?] decía:
—¡Oh, Virgen de las Mercedes,     socórrenos, madre mía!
Bien sabes, Señora,      que por vuestros días,
siempre voy a verte     con mucha alegría.
Virgen mía, si quisieras     estos bichos retirar,
tres cigarrones de oro     te juro te he de comprar—.
En aquel momento,     queda el sol tapado
y los cigarrones     todos se han marchado;
y entonces el labrador,     recorriendo sus sembrados,
ve que los cigarrones     a la siembra no han tocado.
En aquel momento,     lleno de alegría,
se marchó a Granada     a una platería.
Compró los tres cigarrones     y se fue a Consolación,
y en altar de la virgen     una salve le rezó.
—Toma, madre mía,     lo que te ganaste,
y te doy las gracias,     que nos remediaste—.
Siempre que iba a Alcalá,     a Consolación llegaba;
en el altar de la Virgen     una salve le rezaba,
que es una patrona     que no tiene igual,
y a su santa gloria     nos ha de llevar.
Y a todos sus hijos     eso le encargaba,
que aquella patrona     que no la olvidaran.

 

Resumen de "Los cigarrones de oro"

Unos labradores descubren con estupefacción que el sol se nubla. Se trata de una gran plaga de cigarrones que acude a comerse el sembrado. Un labrador desesperado pide a la Virgen de las Mercedes que retire la plaga, prometiéndole a cambio unos cigarrones de oro. La Virgen obra el milagro y el campesino acude a Alcalá la Real, municipio del que esta virgen es patrona, para llevarle la ofrenda.