La posada

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0094r

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Notas

La primera secuencia narrativa de este romance presenta correspondencias con otros centrados en el mismo episodio, como los titulados "Siendo las escarchas tantas" (IGRG: 0414) y "Nacimiento" (IGRH: 0885).

Bibliografía

IGRG: 0000

Otras versiones de "La posada"

Fraile Gil (2016: n.º 259); Pimentel García (2020: n.º 230).

Contaminaciones y engarces

Dudas de san José + La posada (CLO, 0427r); La Anunciación II + Dudas de san José + La posada (CLO, 1458r, 1577r); La posada + El castillo de la Virgen (CLO, 0620r).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

La Virgen y San José      no paran de caminar,
y la nieve que había     no los deja transitar.
San José decía:      —Dios mío, ¿qué esto?—
San José decía:     —Mi esposa va helada;
amos a llamar     a una posada.
Abre mesonero, abre,     abre mesonero mío,
que traigo mi esposa aquí     y viene muerta de frío—.
Dice el mesonero:     —¿Para qué abrir?
Si la noche es fría,     ¿para qué salís?—
—Ea, mesonero,     quédate con Dios;
el Señor te premie     tu buen corazón—.
Un poco más p’alante     llamaron a un posadero,
y sin decirle quién eran,     todas las puertas abrieron.
—Pasen para adentro,     que la noche es fría;
caliéntese usted,     que hay lumbre encendía—.
Se acordó aquel mesonero     que le tenía que echar
a las bestias de comer     para ir a trabajar.
Y al bajar a la cuadra     la luz se apagó,
y cayó un porrazo     y se descalabró.
Salió dando gritos,     muy desesperado
y pillo la perra     y le tiró un bocado.
Ya está castigado     tu mal pensamiento,
por llamar la Virgen     y no haberla abierto.

Resumen de "La posada"

La Virgen y san José caminan hacia Belén cuando son sorprendidos por una nevada. Tocan a la puerta de una posada, pero el mesonero se niega a acogerlos. Poco después, el posadero recibe su castigo: cuando este se dispone a alimentar a sus bestias, se le apaga la luz y se cae. Después, una mula lo cocea y sus perros le muerden. Su mujer, que lo encuentra herido, le recrimina por sus actos y le explica que ha sido castigo divino. Mientras tanto, la Virgen y san José se acercan a otra posada, donde son recibidos con amabilidad. Al día siguiente, se encaminan hacia el portal. Como la Virgen asegura que tiene mucho frío, san José sale a por leña. Al volver, la Virgen ya ha alumbrado a Jesús.