Había un arriero que se llamaba “el tío Jerez”. Y el tío Jerez pues llevaba mu buen bacalao, llevaba mu buenas cosas, y llevaba muchos clientes suyos con él, pero ya se le hizo noche y pararon en Hornos. Y entonces, como aquel bacalao tan bueno llevaba | po se murió la madre del Joseros, y que vinieron y dijieron: 
—Sacad del bacalao en una acera, pa quedarse con él y meterle la madre en el | la acera. Pues la cogieron la acera en una para el asiento. Fue, a otro día no volvieron, po se van. Pagaron su cuota, le pagaron to y se fueron. Cuando se fueron dice Muchaqueta al padre, dice: 
—Padre, tengo hambre, yo quiero comer.
—Pues bueno, vamos a comer. Pues la cena fulana, tiene que estar el bacalao más bueno y to, vamos a sacar un poco bacalao pa comer—.

Cuando van a la cena de la muerta, tu verás a ver, pues se encuentran allí…: —¡Madre mía, esto huele mal! ¡Esto huele mal!—
Hasta que la Cañizares dice: —¡Nos la han metío, pero bien metía! Pero déjalo, que a nosotros nos la han metío pero nosotros también la vamos a meter—. 
Pues nada, coge unas muestras así estirás con una caña y así otra caña y así, y así, y la ató allí al burro como pudo y la echó el burro a una siembra. Y aquel día el dueño de la siembra fue a recorrer los pozos y to, y fue a la siembra. Cuando ve aquello, dice: —¡Ay, madre mía!, que esto no es de mi olivo. ¡Dios nos libre! Esto, esto no es cosa buena, esto no. Yo voy ahora mismo al cura a que venga a bendecir la siembra—.

Pues va | fue al cura pa que fuera a bendecir la siembra, y como el hombre iba montao en una | en un burro y el cura iba montao en una burra, pues claro. Y el burro pa arriba detrás de la burra y ya se le echaba encima. Una vez de las que se le echaba encima ya el cura se bajó de la burra y dice: —¡Señor, qué buena puntería!