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Notas
Durante el canto, se repiten los versos según este modelo: "Un calderero me ronda, un calderero me ronda, / las tapias de mi corral, ay, mamá, / un calderero me ronda / las tapias de mi corral, / que le den a usted, que le van a dar, / las tapias de mi corral".
La informante sesea.
Bibliografía
IGRH: 3007
Esta versión fue editada previamente en Pedrosa (1995).
Otras versiones de "La mujer del calderero"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
―Un calderero me ronda las tapias de mi corral.
El maldito calderero tiene un ojo de cristal.
Que lo tenga o no lo tenga, yo con él me he de casar―.
Al otro día siguiente, a misa fue el animal.
A untarse el agua bendita, la mano se fue a lavar.
A hincarse de rodillas, se le fue el punto de atrás.
A decir creo en Dios padre, dijo: ―Creo en la ensalá―.
Al pasar por los altares: ―Calderas que remendar―,
como si los santos fueran a hacer una colá.
Al otro día siguiente no tenían que comer:
―Picaremos una ensalada menudita y poco pan.
Un calderero con un ojo de cristal pretende a una muchacha. Esta decide casarse con él y, en la noche de bodas, como no tienen nada para cenar, comen ensalada y un poco de pan. Al día siguiente, van a misa y el calderero ofrece un espectáculo bochornoso: se lava las manos en la pila del agua bendita o trata de bebérsela creyendo que es ensalada; al arrodillarse delante del altar, se le escapa el punto de atrás o se cae de espaldas; en lugar de decir "creo en dios", dice "creo en la ensalá" o "creo en el canasto del pan"; y al pasar por los altares exclama "¡calderas a remendar!", como si los santos tuvieran que hacer la colada.