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Una vez pasó el rey por un sitio, por un sitio y había un montón de estiércol y entonces en el montón de estiércol había un Medio Pollico, Medio Pollico, escarbando. Y entonces el Medio Pollico sacó la ollica de obrones. Y ahora cogió el rey y se la robó; pilló y se fue a palacio.
Y ahora coge el Medio Pollico y empieza a andar, a andar, a andar y venga a andar. Y ya, de que ya había andado un peazo, se encontró con un..., con una zorra, con un lobo, en fin. Dice:
―Medio Pollico, ¿dónde vas?
Dice: ―A la casa del rey por mi ollica de obrones.
Dice: ―¿Quieres que vayamos contigo?
Dice: ―No, que te hartas mu pronto de andar.
Dice: ―No me harto.
―Sí te hartas.
―No me harto.
―Bueno, vente conmigo.
Y ahora ya, de que habían andado un poquillo, dice, dice, dijeron:
―Ay, Medio Pollico, yo ya voy harto de andar.
Dice: ―Métete en mi culico y te taparé con mi cucuruchico.
Con que el Medio Pollico siguió a la casa del rey. Y entonces, ya de que habían andado otro trozo grande, se encontró con un (…), con un hombre que llevaba cuatro burros. Y llevaba cuatro burros y los llevaba el hombre... que iban... ande fuera… al campo. Y ahora dicen:
―Medio Pollico, ¿dónde vas?
Dice: ―A la casa del rey a por mi ollica de obrones.
Dice: ―¿Quieres que nos vayamos contigo?
Dice: ―No, que sus hartáis mu pronto de andar.
Dice: ―No me harto.
―Sí te hartas.
―No me harto.
―Sí te hartas.
―Bueno, pues venirse conmigo.
Y ya, de que habían andado un poco, ya ves tú, el arriero con cuatro burros, dice:
―Ay, Medio Pollico, nosotros ya vamos hartos de andar.
Dice: ―Meterse en mi culico y sus taparé con mi cucuruchico.
Y ahora siguió andando, y ahora de que llegó más alante pos se encontró con un... [¿con qué se encontró? A ver si me acuerdo ahora. ¿He dicho ya lo de la zorra y los lobos y eso? Bueno, pues más p’alante, más p’alante, llegó y se encontró con un río.
Y dice: ―Medio Pollico, ¿dónde vas?
Dice: ―Pues a la casa del rey a por mi ollica de obrones.
Dice: ―¿Quieres que me vaya contigo?
―No― dice: ―no, sus hartáis mu pronto de andar.
―Que no, que no me harto.
―Bueno, pues métete...
Y ya de que había andao el río un rato dice:
Pues dice: ―Oy, yo ya voy harto de andar.
―Métete en mi culico y te taparé con mi cucuruchico.
Y ahora pues ya llegaron a lo de, llegó a lo de, a la casa del rey, y ahora llegó y le preguntó por la reina y no salió, dijo que no estaba. Dice:
―Bueno, yo quiero hablar con el rey―. Y entonces salió el rey y dice:
―¿Qué quieres?
―Que vengo a por mi ollica de obrones.
Dice: ―Yo no tengo tu ollica de obrones.
Dice: ―Sí, vengo a por mi ollica de obrones y no me voy mientras no me la des.
Y entonces dice:
―Coged al Medio Pollico de la pata y lo tiráis ahí al medio el patio y que las gallinas y los pollos y to se lo coman a bocaos.
Lo tiró al patio, y ahora dice:
―Zorrica y lobo, salid.
Salieron la zorra y el lobo y se comió tos los animales que había: pollos, gallinas, pavos... to lo que había se lo comieron.
Y entonces le dice la reina:
―Anda, asomarse a los corrales, a ver si al Medio Pollico se lo han comío a picotazos. Y viene:
―¡Ay, majestad! ¡Ay, majestad!
Dice: ―¿Qué pasa?
Dice: ―Pasa que no hay ni una gallina, ni un gallo, ni un pollo, ni un de na, y el Medio Pollico tiene menos panza que tenía.
―Ay, Dios mío, y ahora ¿qué hacemos?― Dice: ―Mira, cógelo y lo tiras a la truje, a ver si se hincha de grano comiendo, y revienta y ya nos quitamos eso de encima.
Y entonces cogió y lo tiró | lo echaron a las trojes.
Y dice: ―Arriero y burros, salid.
Y salió el arriero con sus cuatro burros. Se enreó a llenar granos de cebá, de berza, de trigo, de to. Agarró el burro, dejó los atrojes limpios y se fueron. Y ahora llega y dice:
―Sube, a ver si ha reventao ya el Medio Pollico de comer grano y nos lo quitamos del medio. Y viene la doncella asustaíca:
―¡Ay, majestad, que el Medio Pollico tiene menos panza que tenía!―. Dice: ―Y ahora resulta que no tenemos ni un grano, ni para mañana poder hacer un pan pa comer. ¡Ay, qué ruina! ¡Ay, qué ruina de Medio Pollico!
―Pues ya sé qué es lo que vamos a hacer. Ahora verás.
Dice: ―Usted dirá.
Dice: ―Mira, como estamos caldeando el horno pa hacer el pan, coge al Medio Pollico y lo tiras al horno. Verás como ahora no sale a pedirme la ollica de obrones.
Y ahora, claro, como estaba el horno al rojo vivo... si estaban | si iban a hacer | a meter el pan, de que lo tiran de la pata al horno, dice:
―Rio, sal.
Salió el rio, se apagó el horno, y el Medio Pollico pues se quedó allí sentao tan pancho. Y ahora dice:
―Anda, a ver si ya sale el Medio Pollico reventao y asao, y lo tiráis ya por esas calles, que no quiero yo saber na de Medio Pollico. Y va la criada y dice:
―¡Ay, majestad!, el Medio Pollico tiene menos panza que tenía y el horno está apagao. El horno no tiene na, esta apagao. ¡Ay! ¿Y ahora qué hacemos?
―¿Que qué hacemos? Que le des al Medio Pollico la ollica de obrones y se vaya a tomar por culo.