Y me dice mi mamá: “Te voy a contar un cuento de Pascualín, a ver si aprendes, y verás cómo ya no vas a mentir más”. Y me contaba que era un, un, un señor que tenía rebaños de cabras, pero a su hijo lo tenía en la escuela, pero tos los días faltaba a la escuela, no quería ir a la escuela, y entonces dice:
―Pos te vas a ir a cuidar las cabras.
Y él no quería. Él estar en el monte, solo, eso no. Y entonces, pues cuando llevaba mucho rato de estar allí, o estaba durmiendo o estaba jugando con el perro, se le perdían cabras, se…, pero se le ocurrió, en lo alto de eso, porque le dijo el padre:
―Tú, si viene el lobo, pues con esto pitas y la gente del pueblo te oye, vienen y matamos al lobo.
Antiguamente los lobos se acercaban a los rebaños y se comían las, las cabras. Y un día empieza a pitar y to el pueblo:
―¡Que está Pascualín llamando, que está Pascualín llamando!
 To el mundo subía a la sierra:
―¿Qué pasa?
Y empezó a reírse:
―¡Eh! ¡Os he engañao, os he engañao!
―¿Sí? Veras tú. Vas a dar lugar a que no te hagamos caso.
Bueno, pasó mucho tiempo, mucho tiempo y estaba aburrío, hizo lo mismo. Empezó a llamar y to el pueblo decía:
―¿Y si ahora es verdad? Vamos a ver si, si le quitamos al lobo, que no se coma las cabras.
―¡Socorro, que viene el lobo! ¡Socorro, que viene el lobo!
Y to el mundo acudió a socorrerlo. Pero ¿qué pasó? Que al cabo de mucho tiempo pues le dio otra vez por llamar, por llamar, pero es porque vio que venían dos o tres lobos, y entonces:
―¡Pi, pi, pi pi, pi, pi! ―y dicen:
―Sí, que nos vas a engañar ―decían los del pueblo.
―Ya no nos engañas más.
Y le devoraron toa la maná al padre.