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Notas
Se repite el tercer y cuarto verso de forma conjunta; y, tras los octosílabos 4, 10, 14, 22 y 30, se canta el estribillo: "¡Ay, qué lindo!, ¡ay, qué bello!, / ¡ay, qué hermoso el niño está! / Que enamoran sus ovejas; / del cielo las hizo bajar", con alternancia en el género del pronombre empleado en el último de estos versos.
‘naranjal’ (TLHA). Este término se recoge en el FG, concretamente en dos papeletas se cataloga como andalucismo: ‘adj. De naranjos’ (Voces andaluzas o usadas por autores andaluces que faltan en el Diccionario de la Real Academia Española, 1920, Miguel de Toro Gisbert) y ‘naranjal’ (Vocabulario andaluz, 1934, de Alcalá Venceslada). Ambos significados se recogen en el TLHA.
(Nota léxica de Marta Torres Martínez)
Bibliografía
IGRH: 0226
Otras versiones de "La Virgen y el ciego"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias. Madrid: Nieva.
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Transcripción
Camina la Virgen pura, camina para Belén,
y entre sus brazos llevaba a Jesús de Nazaret.
Como el camino era largo al niño le daba sed.
—No pidas agua, mi vida. No pidas agua, mi bien,
que los ríos bajan turbios y no se puede beber.
Siguieron más adelante, donde había un naranjel*
y el hombre que las guardaba era un ciego que no ve.
El niño, como era niño, todas las quería coger.
La Virgen, como era madre, no cogió na más que tres.
—Deme usted una naranja para el niño entretener.
—Pase usted, señora, y coja las que sean menester—.
Cuando la Virgen se iba el ciego empezaba a ver:
—¿Quién ha sido esa señora que me ha hecho tanto bien?
—Ha sido la Virgen pura que camina hacia Belén
y entre sus brazos llevaba a Jesús de Nazaret.