La paliza que le dio el diablo al tío Braulio

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Notas

Notas léxicas

agarrar a verga: ‘Hond. Golpear a una persona’ (Saravia).

baya: ‘adj. Dicho especialmente de un caballo y de su pelo: De color blanco amarillento. U. t. c. s.’ (DRAE, 2014). Según observamos en el NTLLE, esta voz se recoge desde los inicios de la lexicografía monolingüe del español: ‘color dorado baxo, que tira a blanco, y es muy ordinario en los caballos’ (Diccionario de autoridades, 1726-39, de la RAE).

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

chancha: ‘Am. cerdo (mamífero)’ (DRAE, 2014). Según observamos en el NTLLE, este lema se incluye en el diccionario de la RAE a partir del DRAE (1914): ‘Amer. Cerdo’. No obstante, en la lexicografía extraacadémica se incorpora ya desde el siglo XIX, concretamente en el Nuevo diccionario de la lengua castellana (1846) de Salvá: ‘p. Amer. puerco y puerca’.

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

pescozada: ‘pescozón (golpe en el pescuezo o la cabeza)’ (DRAE, 2014). El primer repertorio, incluido en el NTLLE, que recoge esta voz es el Diccionario castellano (1786-93[1767]) de Esteban de Terreros: ‘pescozada, pescozón. Golpe que se da con la mano en la cabeza o pescuezo’. La Academia lo lematiza a partir del DRAE (1803): ‘Lo mismo que pescozón’.

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

vergueada: ‘coloq. vulg. El Salv. y Hond. paliza (serie de golpes)’ (DRAE, 2014). Esta acepción se introduce en el DRAE (2001). En el FG de la RAE se documenta cédulas que también registran esta palabra en Ecuador.

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

Bibliografía

Esta narración fue recogida en Martínez Reyes (2016: n.º 181).

Transcripción

Yo no sé realmente si mi tío Braulio tenía compromisos o no tenía compromisos. Pero a mí no me cuentan ese rollo. Me lo sé como saber ―Dios― que me voy a morir y que la cuenta es mía; nadie me va ayudar.
Le pegaron una vergueada* en subida de la cuestecita de doña Chaya… Él venía de traer una chancha*, una chancha trompuda de El Paso Real*, y cuando la chancha venía chillando, le pegada aquellas pescozadas* que la chancha le hacía:
—¡Gui, gui, gui, gui, gui! —va de joder.
Y él la agarraba a verga*. Cuando, cuando acorté | yo vengo atrás montado en una yegua y él va en una yegua baya* adelante con la chancha atravesada. ¡Cuando lo han agarrado a verga en la mera cuestecita esa! Y yo lo miré que lo vergueaban, pero mi tío se retorcía de la vergueada que le pegaron. Salimos, pasamos por allá por donde doña Chaya y doblamos para la casa, y le pregunto yo:
—Tío, ¿quién lo verguió?
—¡No has visto nada! —me dice.
Entonces yo siempre le decía a mi tío:
—Tío, cuénteme por qué lo verguearon —cuando estaba de buenas.
—¿Por qué estás interesado vos?
¡Nunca me dijo mi tío por qué lo verguearon!