El beso de la Ciguanaba que enloqueció a un muchacho

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Notas léxicas

ciguanaba: ‘El Salv., Hond. y Nic. En la tradición popular, fantasma en forma de mujer que se aparece de noche a los hombres para espantarlos’ (DRAE, 2014). Según observamos en el NTLLE, en los diccionarios de la Academia se documenta desde el DRAE (1992): ‘El Salv., y Nic. Fantasma, en forma de mujer, que según la creencia popular, se aparece de noche a los hombres para espantarlos’. En el ámbito extraacadémico se incluye ya en el Diccionario de la lengua española (1917) de Alemany Bolufer: ‘Amér. En Salvador, cigua, en su acepción de ser fantástico’.

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

maje: ‘jerg. C. Rica y Hond. Muchacho, joven’ (DRAE, 2014). Esta voz se introduce en el DRAE (2001).

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

Bibliografía

Esta narración fue recogida en Martínez Reyes (2016: n.º 443).

Transcripción

Aquí, aquí pasó algo que sí llamó bastante la atención, que, que oían como cinco chavalos se fueron a bañar al río, y, y había un maje* de ellos que si-, siempre estaba. Y era | estaba hondo el río y el maje los empujaba y todo. Lo que hicieron esos majes: lo amarraron en un palo al maje para que ya no jodiera, y se siguieron bañando.
Y de repente, se vino una gran tormenta y se les olvidó que lo habían dejado amarrado y se fueron. Y ya, como a, a los dos días, es que a aquel maje no lo hallaban. ¡Y se acuerdan! […] Lo fueron a hallar y estaba echando espuma. Estaba vivo todavía, pero quedó loco.
Y ya después, al tiempo ya le preguntaron. Él trabajaba en un taller de carpintería y él de un palito quería hacer un, una, una puerta ―decía. Y la | se la metió en la canteadora, una cosa que da vuelta, y se le llevó la mano. ¡Le arrancó tres dedos!
Ya después lo llevaron a la iglesia. Ya había calmao. Ya cuando estaba en la iglesia él dio el testimonio. Dice que, cuando lo amarraron | dicen que lejos había una mujer que se estaba riendo. ¡Era la Ciguanaba*! La que le dicen la Ciguanaba, que se estaba riendo de él. Y aquel maje ya, ya no podía hablar. Se quedó traumado y por eso no les pudo decir a los demás ni que lo ayudaran, ni que lo soltaran. ¡Ya él ya no podía! Dice que, mientras que se iban pasando las horas, se iba acercando más. Y ya, cuando se fueron aquellos, ya se acercó y lo besó.
Pero dicen que una mujer horrible. Él dice que no tiene palabras para explicarlo, cómo era la mujer. ¡Es verdad! Los amigos de él cuentan ―bueno, yo me llevo con el maje. Donde se voló los dedos, era un taller del abuelo mío― | Y él le pegó un machetazo a la mamá en la misma locura. Le pegó un machetazo y le rajó todo aquí. Gracias a Dios no la mató. El maje quedó loco, pero ahorita ya se recuperó. Ya va a la iglesia, predica y todo.