La criada y el señorito

Audio

Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0211r

Informantes

Bibliografía

IGRH: 5005
 

Otras versiones de "La criada y el señorito"

Atero Burgos (2003: n.º 338); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 133); Cid (1974: n.º 41); Díaz (2007: E.27); Gómez Garrido (2012: n.º 1114); Hernández Fernández (2010: n.º 33); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 253); Manzano Alonso (2003: pp. 659-661); Pimentel García (2020: n.º 981); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 147-148); Trapero (2000a: n.º 153).

Contaminaciones y engarces

Los mozos de Monleón + La criada y el señorito (ATO, 00038 18).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

―La niña que llega     a los quince años
no respeta padres     ni tampoco hermanos―,
la madre le dice.     Ella le contesta:
―A servir me voy     para estar más suelta―.
Hizo su ropita un lío.     Se marcha muy enfadada
a casa de don Pepito,     que está buscando criada.
Sale la señora,     como es natural:
―Yo sé bien barrer     y también fregar.
Si a usted le conviene,     tres duros al mes pienso yo ganar―.
La niña que se quedó     en casa de don Pepito,
y a los tres días siguientes     se ha enamorao el señorito.
La tentao la cara     con un disimulo;
al entrar al cuarto,     le regala un duro.
Le dice: ―Bonita―.     Le dice: ―Salero,
cuando te haga falta     me pides dinero―.
La niña como no es tonta,     le ha pillado la palabra
y le ha pedido dinero     para comprarse una falda.
Zapato de oro,     vestido bonito,
todo lo costea     el señor Pepito.
La señora de don pepe     dice que se va a Madrid
para buscar una casa     para ponerse a servir.
Don Pepe le dice:     ―Ven acá, bonita,
si quieres servir     a esta señorita―.
―Vaya unos consejos     que me das tú a mí,
y eso no me hace     na más que sufrir.
Siendo tu mujer     casá por la iglesia,
y ahora quieres que sirva     a la puta esa.

Resumen de "La criada y el señorito"

Una joven rebelde comienza a servir en una casa principal, con la intención de escapar de la vigilancia de su familia. El dueño se enamora de ella y le ofrece dinero a cambio de mantener relaciones. Ella acepta y, al poco tiempo, se convierte en la señora de la casa. La esposa del señorito se ve obligada a servir. El marido le aconseja que, en lugar de marcharse fuera, se convierta en la criada de la amante.