La Virgen romera

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0256r

Informantes

Notas

La informante considera esta composición como una oración.

Bibliografía

IGRH: 0192

Otras versiones de "La Virgen romera"

Álvarez Cárcamo (2019: 18.1); Díaz (2007: B.10); Manzano Alonso (2003: p. 392); Marazuela Albornos (1981: n.º 164); Pérez Rivera (2015: n.º 277); Pimentel García (2020: n.º 319); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 80); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 15); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 83).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Por los campos de Trujillo     vi bajar una romera;
por los campos donde iba     solo hay rosas y macetas.
Se estaba el rey paseando     solito en la su calesa:
―¿Dónde va la romerita     tan sola por estas tierras?
―No vengo sola, buen rey,     que mi marido atrás queda;
queda con unos serranos     al tronco de aquella sierra.
―Súbase aquí, romerita,     súbase aquí, la romera.
―Muchas gracias, señor rey,     yo le estimo su fineza.
Cuando yo era pequeñita,     cuando yo era muy pequeña,
me dio Dios una enfermedad     para que de esa saliera.
Me ofrecieron mis padres     a Santiago de Galicia
que cumpliera esta promesa;    señor, voy a prometerla.
Se marcha el rey a su casa ,     ya le sirven a la mesa,
ya le ponen que comer,     bendito bocado prueba;
ya le ponen que beber,     bendita la gota bebe. 
―Coged pajas y el caballo,     y en busca de la romera.
Ni por oro ni por plata,     que no vengáis sin ella.
Para que mejor la encuentre     le doy alguna señas de ella.
Lleva zapatitos blancos,     corticas medias de seda
y una toca toledana     que da gusto y gloria al verla―.
Pocos pasos que dieron     se encuentran con la romera.
―Buenos días, romerita.     ―Paje de rey, en hora buena.
―Dice el rey, mi señor,     que le lleve a’sté esta esquela.
―Le dice al rey, su señor,     que yo no puedo leerla.
Cuando yo era pequeñita,     cuando yo era muy pequeña,
se me murieron  mis padres,     no me pusieron ni en la escuela,
y muriéndose los padres     no se aprenden cosas buenas.
Lo que la esquela dijese,     de memoria lo dijera:
―Dice el rey, mi señor,      que le sirva a’sté a la mesa.
―Le dice al rey, su señor,     que se la sirva su reina,
que si él es el rey de su vasallo,     yo soy la reina del cielo y de la tierra.

Resumen de "La virgen romera"

La Virgen sale a peregrinar. En mitad del camino, se encuentra con el rey, que le pregunta hacia dónde se dirige sola; ella le responde que su marido ha quedado atrás hablando con unos serranos. El rey queda prendado de su belleza y le pide que se suba en su calesa, pero ella declina su proposición asegurando que tiene que llegar a Santiago, pues tiene que cumplir una promesa que hicieron sus padres para curarla de una grave enfermedad cuando era niña. El rey vuelve a su castillo, pero no puede probar bocado pensando en la romera. Le pide a sus pajes que salgan a buscarla. En algunas versiones, el paje más joven le aconseja que le escriba una esquela o le pide las señas de la romera. La encuentran sentada o recostada al pie de un árbol, durmiendo o bordando con los hilos de su cabello. En algunas versiones, el paje le entrega una esquela escrita por el rey, pero ella asegura que no sabe leer porque se quedó huérfana muy pequeña. El paje le pide que la acompañe al castillo para servir a su amo, pero ella se niega arguyendo que si él es rey de sus vasallos, ella es reina del cielo y de la tierra. En algunas versiones, María le revela al paje su verdadera identidad y le asegura que tiene reservado un puesto en la gloria; en otras, el grupo de pajes enviado por el rey, al conocer la identidad de la peregrina, se postran a adorarla y, cuando vuelven al castillo, le cuentan lo sucedido al rey, quien se lamenta de no haberlo sabido antes para adorarla también o muere del disgusto.