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Anotaciones musicales
Otro romance en el que el galanteo acaba trágicamente. En este caso, el delirio del amante finaliza con un crimen.
También perteneciente al grupo de los vulgares tradicionalizados es cantado con una melodía ―la misma en las dos versiones que hemos recogido― que se aleja de la tónica del romancero tradicional. Consta incluso de dos frases independientes, circunstancia corriente en los romances de ciego.
Es una melodía tonal en modo mayor bien definida al estar centrada en la tónica y la dominante del tono. El ámbito que recorre es de una octava, aunque en la versión de Pozoblanco desciende a la sensible resultando así una novena. Está estructurada en dos frases independientes que se van alternando acomodándose a la métrica de los versos, pues se suceden versos de 14 sílabas (8 + 6) con otros de 12 que son los que se interpretan con la segunda melodía.
El perfil de cada frase puede verse por separado. Ambas tienen una estructura simétrica de modo que los incisos 3º y 4º responden de algún modo a los dos primeros. Esto las acerca al tipo VI. La primera se ajusta además al tipo I de la clasificación de ETZION & WEICH-SHAHAK (1988), por alcanzar su cenit en el segundo inciso, mientras que la segunda desciende paulatinamente en terrazas por lo que se asimila al tipo II.
El comienzo de la frase es tético recorriendo el acorde de tónica en sentido ascendente y descendente; el final podemos considerarlo femenino.
El ritmo de esta melodía es un ritmo binario bastante regular. Solo destaca la síncopa de los incisos primero y tercero de la primera frase. El tempo es pausado.
También se trata de una melodía más propia del romancero de ciego. Casi más cercana a la tonadilla vulgar que a ningún otro estilo.
(Comentario de Luis Moreno Moreno)
Luis Moreno Moreno
Bibliografía
IGRH: 5021
Otras versiones de "Asturianita muerta por un galán desdeñado"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
En lo más alto de Asturias, una niña vi,
solo tenía quince años, regando su jardín.
Pasó un caballero, le pidió una flor,
y la bella asturiana le dijo que no.
―Las flores de mi jardín no son para caballero,
son pa la Virgen del Carmen y para mi pelo.
Aunque me vea usted tan guapa, y solita en mi jardín,
no tengo padre ni madre y abusa usted de mí.
―Si he intentado eso, abusar de ti,
tan solo te he pedido una flor de tu jardín.
Tienes que vivir alerta, te tienes que acordar,
la mala acción de las flores te tiene que matar―.
Y a los dos días de eso, el caballero pasó,
se la ha encontrado regando y se la llevó.
―Toma, caballero, la flor de mi mano
y déjame que me vaya con mis tres hermanos.
―No quiero flor de tus manos ni tampoco a ti,
delante de mi presencia te tienes que morir.
La cogió del brazo, se sacó un puñal,
y en el lado derecho le dio tres puñalás.
En cada lado del pecho, una rama de azahar
con un letrero que dice: "Matad a un criminal".
Este criminal merece que lo degollaran
porque ha matado a la reina, princesa asturiana.
[…] de azucena, criada de sus jardines
y la cara cubierta de rosas y jazmines.
Y en cada lado del pecho un ramo de azahar
con un letrero que dice: "Matad un criminal".
Y este criminal merece que lo degollaran
porque ha matado a la reina, princesa asturiana.
Una joven está regando las flores de su jardín. Se acerca un caballero para pedirle una, pero la muchacha se niega a entregársela, replicando que sus flores son solo para ella y que, aunque huérfana y joven, no va a permitir que ningún hombre abuse de ella. El galán la amenaza de muerte. Pasados unos días, la joven le ofrece la flor y le pide que la deje vivir tranquila con sus hermanos. Sin embargo, él asegura que ya no la quiere, la encierra en un cuarto y le asesta varias puñaladas. En otras versiones, el galán vuelve al jardín y rapta a la asturiana, de la que abusa antes de darle muerte. En el entierro, la muchacha va adornada con muchas flores. Lleva un ramo de azahar con un letrero que explica que ha sido asesinada por un criminal. El narrador pide la muerte del hombre que la mató.