Parricida

Audio

Informantes

Recopiladores

Notas

La informante indica que esta canción se la enseñó su madre, quien a su vez la aprendió de los copleros.

Ocupación de la informante: ha desempeñado diversas ocupaciones, como la confección de zapatillas y de ropa, el trabajo como jornalera y niñera, además de otras labores que le permitieron permanecer en Serranillos, sin tener que dedicarse al servicio fuera del pueblo. Su padre fue vendedor itinerante.

Bibliografía

IGRH: 0744

Otras versiones de "Parricida"

Manzano Alonso (2003: p. 539); Pimentel García (2020: n.º 180); Salazar (1999: n.º 71).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Paseándose Juan Gómez     un día muy señalado,
paseándose Juan Gómez,     con su hijo se ha encontrado.
―¿Dónde vas, hijito mío?     ¿Dónde vas, hijito amado?
―A buscarle vengo, padre,     que vengo desesperado.
―No me mates, hijo mío;     no me mates, hijo amado,
que la hacienda que yo tengo     para ti estará guardado―.
Al oír esas palabras,     sacó el cuchillo dorado.
Le ha agarrado de la barba,     la cabeza le ha cortado.
Corriendo cerros y valles,     gota de agua no ha encontrado,
para lavar el cuchillo     que a su padre había matado.
Al ir por un cerco valle,     con un fraile se ha encontrado.
―¿Dónde vas amancebito?     ¿Dónde vas amancebado?
―A buscarle vengo, fraile,     que vengo desesperado,
que el padre que me fundó     la cabeza le he cortado.
Que me abracen siete potros     y ninguno esté domado.
Que me metan en un horno     siete veces calentado.
Me pongan en las esquinas,     para escarmiento ha bastado.

Amén.

Resumen de "Parricida"

Un muchacho le confiesa a su padre que quiere matarlo. El padre le pide que lo deje vivir, ya que le ha legado todas sus haciendas. El muchacho no atiende a razones y lo asesina. Acto seguido, recorre todo el campo en busca de una fuente o arroyo donde lavar el cuchillo ensangrentado, pero no tiene fortuna. Entonces, se topa con un fraile, al que confiesa su delito. Lamentándose de su crueldad, pide que lo torturen. En otras versiones, un padre y un hijo discuten porque el padre quiere que se dedique al sacerdocio, mientras que el hijo prefiere casarse. El padre sale a pagar unas deudas y el hijo le sigue los pasos. Se acerca a él con la intención de matarlo. El padre le suplica piedad y le promete que lo casará al día siguiente, pero el hijo se mantiene firme en su determinación. Una vez que ha apuñalado a su padre, trata de lavar el cuchillo o de bañarse, pero el agua se tiñe de sangre. Acude a su casa, donde su madre le tiene preparada la merienda. Cuando se dispone a vestir la mesa, el mantel también se empapa de sangre. El hijo confiesa el crimen y la madre lo maldice.