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Informantes
Recopiladores
Notas
Títulos alternativos: "Agadeta", "Margarita", etc.
Al término de la canción, la informante añade: "Amén".
Bibliografía
IGRH: 0075
Otras versiones de "Delgadina"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
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Transcripción
Tres hijitas tiene el rey, todas tres como una plata.
La más pequeña de tiempo Delgadina se llamaba.
Un día estando comiendo, su padre le remiraba:
―¿Qué me mira usted, mi padre? ¿Qué me mira usted la cara?
―Te miro que desde hoy has de ser mi enamorada.
―No lo querrá Dios del cielo, ni la Virgen soberana,
que desde hoy hallo a mi madre malcasada.
Santos, santos hijos míos, a Delgadina cerrarla
en un cuarto muy oscuro que tenga cuatro ventanas.
Por una que entre el sol, por otra la clariada,
por la otra la bebida y por la otra la comida.
No me la deis a comer más que sardinas saladas,
no me la deis a beber na más que agua de pescada.
Al hacer los siete años, se ha asomado a una ventana.
Vido estar su hermano jugando al juego de barra:
―Hermano, porque lo sois, por Dios, un vasito de agua,
que el corazón traigo triste y a Dios quiero dar mi alma.
―De buena gana hermanita, de buena gana lo diera.
Si el rey padre lo supiera, la cabeza nos cortara―.
Entre pasos, entre pasos, se ha asomado a otra ventana
donde estaran sus hermanas bordando paños de plata.
―Hermana, porque lo sois, por Dios, un vasito de agua,
que el corazón traigo triste y a Dios quiero dar mi alma.
―De buena gana hermanita, de buena gana lo diera.
Si el rey padre lo supiera, la cabeza nos cortara―.
A tres pasos, en tres pasos, se ha asomado a otra ventana.
Vido estar a la madastra peinando sus blancas canas:
―Madre, si es usted mi madre, por Dios un vasito de agua,
que el corazón traigo triste y a Dios quiero dar mi alma.
―Retírate, Delgadina, retírate desvergonzada,
que hoy hace siete años que por ti estoy malcasada,
que hoy hace otros siete que sin culpa estoy cerrada―.
En tres pasos, en tres pasos, se ha asomado a otra ventana
vido estar al rey su padre jugando al juego de barra:
―Padre, si es usted mi padre, por Dios, un vasito de agua,
que el corazón traigo triste y a Dios quiero dar mi alma.
―Altos, altos, hijos míos, a Delgadina dar agua,
unos con jarros de vidrio y otros con jarros de plata,
y al primero que llegara una corona le daba,
y al último que llegara la cabeza le cortara.
Cuando quisieron llegar, Delgadina ya había muerto.
Los pies de Delgadina (y) una fuente la manaba,
y la cabeza tenía toda rodeada de plata.
Al padre de Delgadina malos demonios le lleven.
No está la palabra dicha cuando los demonios vienen.
Unos cargan con el cuerpo, otros cargan con el alma;
los que más atrás venían, con la ropa de la cama.