El quintado

Audio

Notas

En esta versión, se canta cada verso dos veces.

Notas léxicas

quinto: ‘Mozo desde que sortea hasta que se incorpora al servicio militar’ (DRAE, 2014). Según observamos en el NTLLE, esta voz se registra desde comienzos del siglo XIX: ‘se aplica al que por suerte le tocó ser soldado para servir en tropa viva’ (DRAE, 1803).

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

Anotaciones musicales

Comentario musicológico

Esta melodía reúne varias características que le dan un aire de antigüedad. Aunque finalice en la, la encuadramos en el modo de mi pues se ajusta en todo a las particularidades de este modo. El tercer inciso se desarrolla recorriendo la cadencia propia de este modo y, por simetría, con esta misma cadencia podría concluir el cuarto. El final en la proporciona un giro tonal más reconocible como cadencia a nuestros oídos contemporáneos. El ámbito es de una octava como es corriente en este modo, con un perfil marcadamente descendente.

La estructura formal de los cuatro incisos es la siguiente:

AABA’
abab

Vemos que los cuatro incisos se aplican exclusivamente a dos hemistiquios que, lógicamente, han de repetirse. Se crea así la impresión de una letanía. En cuanto a la tipología de la melodía, se marca con claridad la separación en dos frases cuyas dos semifrases tienen conexión entre sí.
El comenzó de los cuatro incisos es tético y los finales femeninos. La primera frase comienza con una escala ascendente.

Quizás lo más llamativo de esta melodía sea la polimetría 2/4+6/8 con la que es cantada con toda naturalidad por las informantes. El contraste binario-ternario aporta todo el interés rítmico. Por lo demás, los cuatro incisos son rítmicamente simétricos.

Caracterizamos esta melodía en el estilo narrativo severo pese a la amplitud de su ámbito.

(Comentario de Luis Moreno Moreno)

Partitura
Transcriptor de la partitura

Luis Moreno Moreno

Bibliografía

IGRH: 0176

Otras versiones de "El quintado"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3849); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 9 y 10); Álvarez Cárcamo (2019: 7.7); Asensio García (2004: p. 104); Atero Burgos (2003: n.º 24); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 106); Benítez Sánchez (2000: p. 219); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 174-178); Fraile Gil (2013: n.º 20); Fraile Gil (2016: n.º 27); Gil Muñoz (2010: n.º 39); Heredia Menchero (2017: n.º 995); Hernández Fernández (2010: n.º 6); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: p. 152); Jaén Castaño (2018: n.º 547-548); Manzano Alonso (2003: pp. 213-221); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 16); Moreno Moreno (2016: n.º 23-28); Pimentel García (2020: n.º 130); Piñero Ramírez (1996: n.º 25); Piñero Ramírez (2004: n.º 19); Piñero Ramírez (2013: n.º 20); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 49-51); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 32); Rico Beltrán (2009: n.º 21); Suárez López (2009: n.º 226); Tejerizo Robles (2007: n.º 382-383); Tomé Fernández (2009: p. 235); Trapero (2000a: n.º 24); Trapero (2003: n.º 13); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 26); Trujillo Pacheco (2017: n.º 18, 19); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 57); Vázquez León (1993: n.º 13).

Contaminaciones y engarces

El quintado + Aparición de la enamorada muerta (Álvarez Cárcamo, 2019: 9.5; CLO, 0148r, 0292r, 0293r, 0570r, 0601r, 0686r, 0998r, 1061r, 1085r, 1145r, 1435r, 1531r; Díaz, 2007: F.13; Esteve Faubel, 1998: pp. 1098-1099; Fraile Gil, 2013: n.º 22; Hernández Fernández, 2010: n.º 7; Jaén Castaño, 2018: n.º 549; Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 17; Moreno Moreno, 2016: 27.b-d, 28; Piñero Ramírez, 2004: n.º 20; Piñero Ramírez, 2013: n.º 21; Rico Beltrán, 2009: n.º 22; Schubarth y Santamarina, 1987: n.º 24a; Trapero, 1985: n.º 85; Trapero, 2000a: n.º 25; Trapero, 2000b: n.º 70; Trapero, 2003: n.º 14; Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 27; Trujillo Pacheco, 2017: n.º 21; Valenciano López de Andújar, 1994: n.º 58.b, 57.b); El quintado + Aparición de la enamorada muerta + Muerte de la novia (Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 28); El quintado + ¿Dónde vas, Alfonso XII? (Schubarth y Santamarina, 1987: n.º 24c).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

GONZÁLEZ, A. (1994). La aparición y El quintado. Renovación y conservación a través del cruce. En D. Catalán, J. A. Cid Martínez y A. Valenciano (Coords.), De Balada y Lírica, 1. 3er Coloquio Internacional sobre el Romancero, vol. 1 (pp. 345-357). Madrid: Fundación Ramón Menéndez Pidal – Universidad Complutense de Madrid.

Transcripción

Ya se llevan cien soldados,     cien soldados a la guerra,
y en medio de todos va uno     lleno de valor y fuerza.
Se pararon a comer     debajo de una alameda.
Unos cantan y otros ríen,     otros bailan y otros juegan,
menos aquel pobre quinto*     que pensativo se queda.
Le pregunta el capitán:     ―¿Por qué tienes tanta pena?,
¿es porque vas de quinto     o porque vas a la guerra?
―No estoy triste por ser quinto     ni porque voy a la guerra,
porque el día que me tallaron     fue conmigo la Eniceta,
y no me han dejado estar     ni tres horitas con ella.
―¿Tan guapa es esa mujer     que tanto te acuerdas de ella?―
Se ha echado la mano al bolsillo,      sacó de la cartera:
una cadena de oro     y una foto de ella,
y al verla el capitán     quedó prendadito de ella.
―Coge el caballo, muchacho,      y marcha para tu tierra,
que por un quinto ni dos     no se va a acabar la guerra.
―Tenga usted, mi capitán,     de las manos de mi prenda.
―Ábreme la puerta, cielo,     una limosna para los pobres de la tierra.
―Dásesela usted, mi madre,     aunque yo no la comiera.
―Dame un abrazo, mi vida,     dame un abrazo, mi prenda,
la cadena que me diste     y al capitán le di en prenda.

Resumen de "El quintado"

Un muchacho recién casado es reclamado para quintas. En las versiones más extensas, los soldados se detienen a merendar o a comer en el campo. Mientras que todos se divierten, el joven quinto se muestra apenado. Un superior le interroga acerca de la causa de su aflicción. Él le confiesa que no puede soportar la ausencia de su esposa. Ante la insistencia del superior, le enseña un retrato de ella. En las versiones más extendidas, el superior queda deslumbrado por su belleza y le concede la licencia; en otras, el muchacho le ofrece a cambio de su libertad una cadena que le había entregado su mujer. Cuando el soldado vuelve a casa o a casa de su suegra, le pide a su esposa que le abra la puerta. En un principio, esta se niega, pues no reconoce al marido. En algunas versiones le pide que le muestre la cadena para cerciorarse de su identidad, pero él le explica el caso; en otras, el quinto se disfraza de peregrino y llega pidiendo limosna. Todos los desenlaces citados concluyen con el feliz reencuentro de los amantes.