Delgadina

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Anotaciones musicales

Comentario musicológico

En esta versión de La Coronada, aldea de Fuente Obejuna, la melodía presenta ambivalencia tonal. Puede entenderse que está en tonalidad mayor (fa mayor en nuestra transcripción) pero en este caso comenzaría por la subdominante y acabaría en la dominante. La cadencia más concluyente se encontraría al finalizar el primer inciso. Esta interpretación explica el carácter circular que se percibe en la melodía completa. Sin embargo, también puede entenderse como un modo de sol que comenzaría con el séptimo grado. Quizás sea esta segunda interpretación la más correcta.
El ámbito es de una novena, aunque el tetracordo inferior solo es empleado en el último inciso.
La estructura es sencilla pero los distintos incisos son rítmicamente heterogéneos:
A  B  C  D
         ―>
A  b  c  d
Hay un ascenso paulatino en los tres primeros incisos que se percibe no solo en la nota más aguda de cada uno de ellos, sino que también las notas finales van siendo cada vez más agudas. Por supuesto, el cenit se alcanza en el tercer inciso, mientras que el cuarto presenta un acusado descenso hacia la nota más grave.
El comienzo es acéfalo y el final femenino. La fórmula inicial es la de repetición de nota.
Como hemos señalado, hay cierta irregularidad rítmica. Los dos primeros incisos emplean una fórmula polimétrica semejante. El tercero arranca de forma paralela pero se desvía por su conexión con el cuarto, que vuelve a la fórmula inicial.
El estilo de esta melodía es claramente narrativo melódico.

(Comentario de Luis Moreno Moreno)

Partitura
Transcriptor de la partitura

Luis Moreno Moreno

Bibliografía

IGRH: 0075

Otras versiones de "Delgadina"

Almoguera Gómez (1989: pp. 34-36); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 21); Álvarez Cárcamo (2019: 12.1); Atero Burgos (2003: n.º 29); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 102); Benítez Sánchez (1999: pp. 274-276); Benítez Sánchez (2000: pp. 228-231); Cid (1974: n.º 10, 11); Díaz (1980: n.º 3); Díaz (2007: F.1); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 78-79); Fraile Gil (2010: n.º 79-81); Fraile Gil (2013: n.º 36); Fraile Gil (2016: n.º 41); Gil Muñoz (2010: n.º 7, 8); Gómez Garrido (2012: n.º 13); Hernández Fernández (2010: n.º 11); Jaén Castaño (2018: n.º 555); Manzano Alonso (2003: pp. 202-212); Marazuela Albornos (1981: pp. 397-399); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 28); Moreno Moreno (2016: n.º 33-36); Pimentel García (2020: n.º 176); Piñero Ramírez (1996: n.º 30); Piñero Ramírez (2004: n.º 23); Piñero Ramírez (2013: n.º 26); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 54-55); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 57); Sánchez Miguel (1984: n.º 22); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 36); Suárez López (2009: n.º 229); Tejerizo Robles (2007: n.º 370-371); Trapero (1985: n.º 60-64); Trapero (2000a: n.º 27); Trapero (2000b: n.º 18); Trapero (2003: n.º 16); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 32); Trujillo Pacheco (2017: n.º 32); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 70); Vázquez León (1993: n.º 7).

Contaminaciones y engarces

Delgadina + Caballero burlado (Trapero, 2000b: n.º 7. 11); Delgadina + Santa Catalina (Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 31; Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 34); Delgadina + Silvana (Piñero Ramírez, 2004: n.º 24); Delgadina + Tamar (Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 29, 30; Piñero Ramírez, 2013: n.º 30); Infanta preñada + Delgadina (Trapero, 2003: n.º 17; Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 33); Infanta preñada + Infanta parida + Delgadina (Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 7); La flor del agua + Delgadina (Manzano Alonso, 2003: p. 253); La infantina + Caballero burlado + Don Bueso + Delgadina (Trapero, 1985: n.º  39); La mala hierba + Delgadina (Piñero Ramírez, 2013: n.º 27); Santa Catalina + Delgadina (Trapero, 1985: n.º 67); Silvana + Delgadina (Trapero, 1985: n.º 66).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

ATERO BURGOS, V. y RUIZ FERNÁNDEZ, M.ª J. (1989). El romancero en el bajo sur peninsular: una versión distinta de "Delgadina". Draco: Revista de literatura española, 1, 37-51.

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DIAS MARQUES, J. J. (1982). Sobre um Tipo de Versões do Romance de Delgadinha. Quaderni Portoghesi, 11-12, 195-225.

DEVOTO, D. (1955). Sobre el estudio folklórico del Romancero Español. Bulletin Hispanique, 57, 233-291.

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Transcripción

Un padre tenía tres hijas     más hermosas que la plata
y la más chica de todas     Delgadina se llamaba.
Un día estando comiendo     su padre la remiraba.
―Padre, ¿qué me mira usted,     que me mira usted a la cara?
...................................     .......................................
Y al cabo de los tres días,     se acercó  a la ventana
y ha visto a su madre estar     sentada en sillón de plata.
―Madre, si es usted mi madre,     deme usted una poca de agua.
que el corazón se me parte     y el alma ya se me arranca.
―Yo te la diere, mi vida,     yo te la diere, mi alma,
pero, si padre nos ve,     quizá nos matará a ambas.
Se metió *la Delgadina     muy triste y desconsolada
con lágrimas en sus ojos     y el vello se le arreaba.
Al cabo de los tres días,     se ha asomado a otra ventana
y ha visto a su hermana Juana     bordando ricas toallas.
―Hermana, si eres mi hermana,     dame una poquita de agua,
que el corazón se me parte     y el alma ya se me arranca.
―Yo te la diere, mi vida,     yo te la diere, mi alma,
pero, si padre nos ve,     quizá nos matara a ambas.

Resumen de "Delgadina"

Un padre pretende a la menor de sus tres hijas. Cuando ella lo rechaza, el padre la encierra en un cuarto oscuro de su castillo y la castiga con una dieta muy salada. Al cabo de algunos días, le abren dos o tres ventanas y Delgadina se asoma a ellas para pedir agua consecutivamente a sus hermanas y a su madre (en ocasiones también aparece un hermano), quienes desatienden los ruegos. En algunas versiones, se lamentan de no poder ayudarla, pues de hacerlo, el rey los mataría, mientras que en otras los familiares la insultan por haber desatado las pasiones del padre o por no haber accedido a sus ruegos. En ocasiones, la madre le explica que no puede ayudarla porque el rey le ha propinado una brutal paliza y le ha roto una pierna o una muñeca. Finalmente, Delgadina logra contactar con su padre, al que promete su amor a cambio de que la socorra. El rey envía a los criados con agua para la hija, con la promesa de recompensar a quien cumpla primero con el encargo y cortarle la cabeza al que acuda el último. Cuando llegan al cuarto de Delgadina, esta ya ha muerto y en su habitación se produce una visión milagrosa (normalmente, la Virgen, algún santo o los ángeles llevándose su alma, amortajándola y poniéndole una corona, o una fuente de la que brota agua cristalina). En algunas versiones, el padre es torturado por unos demonios que lo arrastran hacia el infierno. En versiones menos extendidas, mueren todos, y mientras que las almas de Delgadina y sus hermanos, que han tratado de ayudarla, son transportadas al cielo por los ángeles, la madre celosa es atacada por víboras y el padre es arrastrado al infierno. Algunas veces el padre se niega a ayudar a Delgadina.