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Notas
Títulos alternativos: "Hermana cautiva", "Don Bueso y su hermana", "Don Burgos", "La cristiana cautiva", "El día de los torneos", etc.
holanda: ‘Lienzo muy fino de que se hacen camisas, sábanas y otras cosas’ (DRAE, 2014). Según observamos en el NTLLE, esta voz se recoge desde los inicios de la tradición lexicográfica: ‘tela de lienzo muy fina de que se hacen camisas para la gente principal y rica. Llamóse así por fabricarse en la provincia de Holanda’ (Diccionario de autoridades, 1726-39, de la RAE).
(Nota léxica de Marta Torres Martínez)
Anotaciones musicales
Esta melodía con la que se nos presenta el romance de Don Bueso está también muy difundida, aunque en este caso es en la comarca del Valle Medio del Guadalquivir y en las comarcas del norte. Las once versiones recogidas son muy similares diferenciándose exclusivamente en pequeñas mutaciones melódicas que no afectan al perfil general. Las que más se apartan son las versiones de Villaviciosa y Villaharta que ofrecen un plantamiento rítmico diferente.
La estructura tonal de la melodía se ajusta al modo de mi. Los dos primeros incisos rebasan el primer tetracordo y ascienden hasta el sexto grado antes de descender de nuevo a la nota final. Los incisos tercero y cuarto se dibujan como una línea ondulada que se desenvuelve en el primer tetracordo y su extensión inferior.
La estructura de la melodía es muy sencilla. Los cuatro incisos que la componen se van ajustando de dos en dos versos (o de cuatro en cuatro hemistiquios).
A B C D
a b c d
En contadas ocasiones, el sentido del texto hace que se repitan los dos últimos incisos con un nuevo verso. Y, más frecuentemente, se produce la repetición sistemática de los versos pares con estos dos incisos últimos.
En cuanto al perfil de la melodía, ya hemos comentado que los dos primeros incisos se enlazan dibujando un arco, mientras que los dos últimos también se combinan en una línea ondulada. Por esta razón, consideramos que se ajusta al tipo VI de la clasificación de ETZION & WEICH-SHAHAK (1988).
El comienzo es siempre anacrúsico mediante una cuarta ascendente y el final femenino. En esto coincide completamente con la anterior melodía de Don Bueso.
La distribución rítmica es ternaria en casi todas las versiones. Se descuelgan la de Villaviciosa en un metro binario y la última de Villaharta que se acomoda con facilidad a una subdivisión ternaria. Comprobamos una vez más cómo el ritmo no es precisamente uno de los rasgos que más firmemente se mantienen en un tema melódico narrativo.
El carácter de este tema es narrativo severo.
(Comentario de Luis Moreno Moreno)
Luis Moreno Moreno
Bibliografía
IGRH: 0169
Otras versiones de "Don Bueso"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
LÓPEZ ESTRADA, F. (1984). El romance de Don Bueso y la canción de La peregrinita en el cancionero folklórico de Antequera. En De los romances-villancico a la poesía de Claudio Rodríguez: 22 ensayos sobre las literaturas española e hispanoamericana en homenaje a Gustav Siebenmann, 253-263. Madrid: José Esteban.
MENÉNDEZ PIDAL, M. (1948). Los romances de don Bueso, BHi, 50, 305-312.
PIÑERO RAMÍREZ, P. Manuel (2001). Los montes de Oliva: el encuentro de la canción lírica con el romance en Don Bueso. En Carlos Alvar Ezquerra (coord.), Lyra mínima oral: los géneros breves de la literatura tradicional: actas del Congreso Internacional celebrado en la Universidad de Alcalá, 28-30 octubre 1998, 353-360. Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá.
PIÑERO RAMÍREZ, P. Manuel (2001). La configuración poética de la versión "vulgata" de "Don Bueso". En Mercedes de los Reyes Peña, Rogelio Reyes Cano, Klaus Wagner (coord.), Sevilla y la literatura: homenaje al profesor Francisco López Estrada en su 80 cumpleaños, 109-132. Sevilla, Universidad de Sevilla.
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Transcripción
Viniendo de los torneos, pasando por morería,
vide a una mora lavando al pie de una fuente fría.
―Buenos días tengáis, mora ―Muy buenos los tenga usía.
―Deja beber mi caballo agua clara y cristalina.
―No soy mora, caballero, que soy de España nacía.
Me cautivaron los moros en Pascua mayo floría.
―¿Te quieres venir conmigo hacia los montes de Oliva?
―Muchas gracias, caballero, de buena gana me iba.
Y la ropa que yo lavo, ¿dónde la colocaría?
―La fina y la de holanda* en mi maleta metía
y la que no valga nada, por río abajo iría.
―¿Ni mi honra, caballero, que no la tengo perdida?
―Ponla al filo de mi espada que allí llevo yo la mía―.
La ha montado en su caballo y a España se la traía
y al llegar a la ciudad, la morita se reía.
―¿Por qué te ríes, mora bella? ¿Por qué te ríes, mora linda?
―No me río del caballo, ni tampoco de la guía,
que me río de la España que también es patria mía―.
Al llegar a un monte oscuro la mora llora y suspira.
―¿Por qué lloras, mora bella? ¿Por qué lloras, mora linda?
―Lloro porque en otros tiempos mi padre a cazar venía,
y mi hermano Moralejo con toda su compañía.
―Tu padre, ¿cómo se llama? ―Mi padre José María,
y un hermanito que tengo también es José María.
¡Qué palabras las que oigo! ¡Sagrada Virgen María!
Pensé traerme una mora y traigo una hermana mía.
―Toquen las campanas, toquen, toque con gran alegría,
que ya apareció la rosa que del jardín está perdida.