Maximiliana: —Aquí hay un hombre que sabe mucho de hierbas curativas, don Benigno.

Hija de Maximiliana: —Ya. Que cura las verrugas.

Maximiliana: —Él cura las verrugas también. Y sabe mucho de hierbas curativas.

Hija de Maximiliana: —Las verrugas las cura… Le…, le…, le…, le pega palos a un árbol.

Maximiliana: —Es un…, es un espino.

Hija de Maximiliana: —Sí, es un árbol. Pero es un árbol, yo no sé cómo se llama.

Maximiliana: —Un espino, un espino normal.

Hija de Maximiliana: —Un espino es, sí. Y le dice el nombre de la gente y yo no sé qué. Y yo lo he visto de lejos, cuando íbamos al campo, y…, y decíamos: “¿Qué hace Benigno?” Y es que no lo dice, él no lo cuenta. No es un hombre que es así de…

Maximiliana: —Es…, sí | Tú le | tenías una verruga y no le dices na ni na. Y, a los pocos días, te miras y ya no tienes la verruga.

Hija de Maximiliana: —Sí, y nosotros víamos que se iba allí a donde sea y…, y lo víamos en la Cañá Alta.

Maximiliana: —Al barranco de la | Al barranco de la perri- | de la parrilla se iba, dicía.

Hija de Maximiliana: —Y lo veíamos allí como pegarle palos a un…

Maximiliana: —A un espino corriente, a un espino normal, a un |

Hija de Maximiliana: —A lo que sea. Y…, pero él no lo decía lo que era. Y luego ya, nos enteramos que era pa curar las verrugas. Y dice que las cura. Yo no lo sé, porque no | Pero dice que sí, que las cura. No sé. Y ese de hierbas |

Maximiliana: —Sí, y otras las curan | Pues, cuando tenía una verruga | Que mi marío se las curaba asín, les salían muchas verrugas a papa, pero chiquitillas. Y se ataba un hilillo de seda, se lo apretaba y se cortaban. Es verdad. Con aquello. Tenía unas verruguillas así, menuíllas, pero paecían campanillas, así, colgando. Y ellos se ataba un ataerillo, un hilo de seda, y…, y se cortaban, porque se las curaba con aquello.