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Anotaciones musicales
Esta versión emplea tres frases musicales que se van alternando. El conjunto puede considerarse tonal en modalidad menor, aunque la primera de las frases comienza con un claro giro modal. El ámbito no es muy amplio, de una 7ª, aunque solo en la primera frase, en las otras dos es aún más reducido.
La estructura de las tres frases responde al siguiente esquema:
A A B B’
a b c d
E F G H
―>
e f g h
I J I J
i j k l
La segunda es la que corresponde a los versos hexasílabos. Las tres deben inscribirse en el Tipo VI de la clasificación de ETZION & WEICH-SHAHAK (1988), aunque por diversas razones. La primera y la última por las repeticiones, la segunda por el enlace de los últimos incisos.
El comienzo de la primera frase es anacrúsico, mientras que las otras dos tienen un arranque tético. En las tres tiene importancia la repetición de la nota. Los finales suelen ser femeninos.
Es curioso que el elemento de mayor contraste entre las tres frases sea la métrica. La primera frase emplea un compás ternario, la segunda, binario y la tercera emplea una polimetría que combina ambos.
El estilo es narrativo melódico.
(Comentario de Luis Moreno Moreno)
Luis Moreno Moreno
Bibliografía
IGRH: 0505+2693
Otras versiones de "La anunciación"
Otras versiones de "Dudas de San José"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
LÓPEZ ESTRADA, F. (1988). ‘Los celos de San José’ en el cancionero folklórico de Antequera. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 43, 345-357.
TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos de Canarias: un devocionario en verso. Biblioteca Universitaria ULPGC.
TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias. Madrid: Nieva.
VALLADARES REGUERO, A. (2014). Los Celos de San José: de Mira de Amescua a Cristóbal de Monroy. Biblioteca Virtual Cervantes. Recuperado de http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmchb0x0.
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Transcripción
Señores, os voy a contar estos nueve villancicos
que sirven para pasar la Nochebuena un ratito,
con un pan de aceite, buenos mantecados
y un pavo relleno y una bota al lado.
Y una noche en su aposento soñó la Virgen María
que el hijo de Dios eterno en su vientre encarnaría.
La Virgen decía: ―¡Qué quería yo más
si lo que he soñado fuera de verdad!
A la otra noche siguiente, volvió a soñar otra vez
lo mismo, que nada de eso le dijera San José.
La Virgen decía: ―¿Será verdad esto?―
Y un ángel le ha dicho: ―Señora, es muy cierto.
―¿De quién es esta voz tan dulce que de señora me trata,
no mereciéndome yo tantísima alabanza?
―Merece, Señora, eso y más también,
que va a ser madre del Dios de Israel―.
San José vio que a la Virgen el vientre se le aumentaba
y empezó a tomarle celos, sin saber lo que pasaba.
―¿Por qué me ha faltado, mi esposa querida?
Me voy al desierto a acabar mi vida―.
Hizo su ropita un lío, se marchó de la ciudad.
Y oyó una voz que decía: ―Mira, José, ¿dónde vas?―
Y al oír la voz, se quedó parado,
ya que vio que un ángel se le puso al lado:
―José, desecha los celos que de tu esposa has tomado,
que ella está pura y sin mancha concebida y sin pecado―.
Y este fue a su casa y se arrodilló,
y a la Virgen pura, perdón le pidió:
―Me arrodillo, esposa mía, sin levantarme de aquí,
hasta que no me perdones lo muncho que te ofendí.
Perdóname, Reina entre las mujeres,
bendito sea el fruto que en tu vientre tienes―.
San José y la Virgen pura empiezan a caminar,
y entre la nieve y el hielo no los dejaban andar.
La Virgen decía: ―Yo ya voy cansada.
Vamos a acercarnos a pedir posada.
[Com.: Hasta ahí, porque ya no me acuerdo más.]