Yo le curé a una…, a una amiga mía, a la Francisca de…, de Huertes, que le mordió un perro y se le infectó, aquí en el muslo, se le infectó. Se le hizo una pupa. ¿O en el pie? ¿Aónde era, en el muslo? Se le infectó y se le puso mu malo. Estuvo yendo a Jaén, estuvo yendo | Que el perro tenía [...] y iba ella con el seguro del perro y | Pero se le puso mu malo y mu infectao. Y un día fue a la…, a la d’esta, a la…, la Mónica, que era la enfermera que venía aquí. Y le dice: —Eso, tienes que irte inmediatamente pa Jaén. Que te lo cu- | y e- | y que te pele- | empetereiten allí, que está mu malo—. Y entonces, la Mercedes fue un día, y le digo yo: —¿Le han curao a tu madre la esipela?—. Dice: —No—. Digo: —Bueno, tú no le digas na ni na. Yo se la voy a curar. Me das una media de ella, me traes una media y se la voy a curar, a ver si eso sirve pa curarla también—. Y…, y vino la mujer y me trajo una media, y se la curé tres días. Y dice, al otro día, cuando fue la enfermera, dice: —Pero, Francisca, ¿qué te ha pasao?—. Se le había quitao totalmente. To lo rojo que tenía, to alrededor y to. Ya se había curao totalmente. Y la enfermera dice que le dijo: —Pero, Francisca, ¿aónde has ido que te han curao tan pronto?—. A los tres días.