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Anotaciones musicales
Esta segunda versión del romance es una melodía que recogimos en Ochavillo del Rey y en Carcabuey. Aunque las evidencias señalan que se trata de la misma melodía con que en el mismo Carcabuey nos interpretaron El milagro del trigo, la volvemos a analizar aquí, pues se da un cambio de registro en la segunda frase que la transforma por completo.
Entre estas dos variantes, se dan a su vez numerosas diferencias que no son tan sustanciales como para negar la evidencia de que se trata del mismo tema.
Nos encontramos de nuevo ante una melodía tonal mayor con dos frases que contrastan entre sí. En este caso, el mayor elemento de con traste está en el ritmo, que pasa de ternario a binario en la segunda frase. El ámbito es de una novena, aunque en realidad vuelve a extenderse entre las dominante inferior y superior, solo que esta última se encuentra en el primer y tercer inciso adornada superiormente.
La estructura, que puede catalogarse como pertenecientes al tipo VI de Etzion & Weich-Shahak (1988), es la siguiente:
A B A B
a b c d
E E’ F G
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e f g h
También en el comienzo se distinguen ambas variantes. Mientras que la de Ochavillo arranca con la repetición de la nota en un inicio tético, la de Carcabuey es anacrúsica con un salto de tercera ascendente. Los finales los femeninos, aunque la polirritmia haga el final de Ochavillo un tanto dudoso.
El estilo es, sin vacilación, narrativo melódico.
(Comentario de Luis Moreno Moreno)
Luis Moreno Moreno
Bibliografía
IGRH: 0179
Otras versiones de "Madre, en la puerta hay un niño"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias. Madrid: Nieva.
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Transcripción
Madre, en la puerta hay un niño, más hermoso que el sol bello.
Yo digo que traerá frío porque viene medio en cueros.
―Pues dile que pase, se calentará,
porque en esta tierra ya no hay caridad
porque la que había se ha acabado ya―.
Entró el niño y se sentó, y apenas se calentaba,
le pregunta la patrona: ―¿De qué tierra y de qué patria?
―Mi madre del cielo; mi padre también;
yo bajé a la tierra para padecer.
―Hazle la cama a este niño en la alcoba y con primor.
―No me la haga usted, señora, que mi cama es un rincón,
................................. desde que nací,
hasta que me muera ha de ser así.
Y al otro día de mañana, el niño se levantó
dándole los buenos días, que se quedara con Dios.
―Que me voy al templo, que aquella es mi casa
donde iremos todos a darle las gracias.