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Notas
En esta versión, se repiten los cuatro últimos hexasílabos.
lejas: tras consultar el NTLLE, comprobamos que desde el DRAE (1884) se lematiza la forma lejas, definida como ‘adj. pl. lejanas. Ú. solo en la expresión de lejas tierras’. En el DRAE (2014) hallamos la siguiente definición: ‘adj. pl. lejanas (|| que están lejos). Varones de lejas tierras’. En el DEA (1999) este adverbio se considera activo en el uso literario.
(Notas léxicas de Marta Torres Martínez)
Anotaciones musicales
También podemos considerar esta melodía como tonal en modo mayor, aunque presenta giros que le dan cierto aire modal. El ámbito es de una octava, entre la tónica y su octava superior.
La estructura comprende, lógicamente dos frases y su esquema nos muestra que no hay repetición exacta de hemistiquios, aunque los de la segunda frase sean rítmicamente idénticos:
A B C D
a b c d
E F G H
e f g h
Ambas frases se acomodan al modelo más frecuente de perfil en las melodías romancísticas, es decir al tipo I de la clasificación de Etzion & Weich-Shahak (1988).
El comienzo de la primera frase es tético y arranca mediante una tercera ascendente. El de la segunda frase es anacrúsico. Los finales son ambos femeninos.
El compás es regular, de subdivisión ternaria. Hemos elegido un seis por ocho porque de ese modo queda mejor reflejada la cadencia rítmica de la primera frase. Ello obliga a introducir un compás de 9/8 en el enlace entre las dos frases que no rompe sin embargo la regularidad rítmica. Podemos ver que, tanto la primera como la segunda frase plantean un interesante uso de los puntillos en los grupos de tres corcheas.
El estilo lo catalogamos también como de narrativo melódico.
(Comentario de Luis Moreno Moreno)
Luis Moreno Moreno
Bibliografía
IGRH: 0179
Otras versiones de "Madre, en la puerta hay un niño"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias. Madrid: Nieva.
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Transcripción
Madre, en la puerta hay un niño más hermoso que el sol bello.
Yo digo que tiene frío porque viene medio en cueros.
―Pues dile que entre, se calentará,
porque en este mundo ya no hay caridad―.
Entró el niño y se sentó, y apenas se calentaba,
le pregunta la patrona: ―¿De qué tierra o de qué patria?
―Mi padre desciende de muy lejas* tierras,
mi madre del cielo; yo bajé a la tierra.
―Hacedle la cama al niño (y) en la alcoba y con primor.
―No me la haga usted, señora, que mi cama es un rincón,
mi cama es el suelo desde que nací,
y hasta que yo muera ha de ser así.