En Palenciana vivía un dichoso labrador

Audio

Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0377r

Informantes

Recopiladores

Notas

Aclaraciones léxicas:

setentón: en el archivo sonoro, satentón.

Quede constancia de nuestro agradecimiento a Francisca López Zafra, alcaldesa de Mures, por cedernos un espacio para entrevistar a las informantes en el ayuntamiento de esta localidad.

Bibliografía

Esta canción narrativa nos ofrece una versión del mito del sacamantecas, al que dedica un interesante estudio J. M. Pedrosa (2008). Vampiros y sacamantecas: dieta blanda para comensales tímidos. En Antropologías del miedo. Vampiros, sacamantecas, locos, enterrados vivos y otras pesadillas de la razón, 15-48. Ed. G. Fernández Juárez y J. M. Pedrosa. Madrid: Calambur.

Otras versiones de "En Palenciana vivía un dichoso labrador"

Pimentel García (2020: n.º 838).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

En Palenciana vivía     un dichoso labrador
que estaba tuberculoso     hasta el mismo corazón.
Como tenía dinero     pensaba en su curación.
Varios amigos le hicieron     una grande proporción:
de un tierno niño,     sangre beber;      
beber, beberla,     ponerse bien.
El que quedó en el encargo     es un viejo setentón;
le acompaña una leona     para hacer una cosa horror.
Iban dos primitos juntos,     de cinco años el mayor,
y aquel viejo renegao     al más pequeño engañó.
Llevaba un saco     de proporción
y en aquel saco     fue y lo metió,
y en una huerta,     lejos de allí,
tos lo esperaban     con gran vestir.
—Como cordero inocente     te van a crucificar
y en tu tierno corazón     pincharán sin caridad—.
Y la sangre humeaba,     no paraba de brotar.
Pícaro viejo, que la movió,     un vaso puso al labrador.
Y en fin, que toda se la volcó,     el labrador fue y se la bebió.
Su madre lo anda buscando     noche y día sin cesar
y con sus lágrimas dice:     “Mi hijo, ¿dónde estará?”.
Se lo ha encontrado     en un rincón
con mucha agua     alrededor:
—¡Hijo del alma!,     ¡hijo de Dios!
Tú me llamabas,     nadie te oyó.
Maldito tronco,     maldito flor,
por darle vida     a aquel labrador—.
Muerte asesina,     muerte cruel;
de ese delito     nadie supo bien.

Resumen de "En Palenciana vivía un dichoso labrador"

Un labrador adinerado sufre tuberculosis. Varios amigos le proponen beber sangre de niño para sanar y él acepta. El encargado de llevar a cabo la operación se fija en un niño que pasea con su primo, lo mete en un saco y lo lleva a una huerta apartada. Allí, lo apuñalan y recogen la sangre del niño, que la dan a beber al enfermo. Mientras tanto, la madre de la criatura busca a su hijo con desesperación. Finalmente, encuentra su cuerpo y maldice al labrador.