Recopilador: —Aquí, en matanzas, por ejemplo, ¿se cantaba algo? Sí, ¿se cantaba algo?

Severiano: —Sí.

Joaquina: —Bueno, antes se cantaba mucho en matanzas, pero, ahora ya no…

Recopilador: —Bueno, ahora ya, ahora se come más que se canta.

Severiano: —No, ni se come ya tampoco.

Recopilador: —Ni se come.

Joaquina: —Y ya nos juntamos muy pocos. Mira, en nuestra casa nos juntábamos veintidós y veinticuatro. Y ahora nos juntamos…

Recopilador: —¿A hacer la matanza?

Joaquina: —Sí. Y ahora nos juntamos tres o cuatro na más.

Recopilador: —Pero se…, se juntaban muchos más, claro.

Joaquina: —¡Hombre, claro! ¡No!

Severiano: —No, eran lo mismo. O sea, que estaban más familiares.

Joaquina: —Lo que para | Los familiares todos estábamos reunidos y ahora cada uno anda por su parte, claro. Y hace dos años o tres años, cuando estábamos en nuestra matanza, han venido por ahí sacando fotografías. Cuando estaban preparando los cerdos y cosas de esas.

Severiano: —Cuando están con la paja quemando…

Recopilador: —Quemando el…, la piel, ¿no? Para…

Severiano: —El pelo.

Recopilador: —El pelo del…

Joaquina: —Y salía una de aquí, canosa. Venía con una cesta de pan y no sé qué cosas, y yo salía de aquí a | con un caldero de agua, y estaba tumbada en el banco. Dice: “¡Ay, qué condenás, que me van a retratar!”