Los payasos de las ferias

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Notas

Gumercindo España Olivares, conocido con el sobrenombre de Sshinda, fue un famoso artesano de juguetes mexicano.

Esta grabación es parte del Legado de José Manuel Pedrosa al Archivo de la Palabra de la Biblioteca Nacional de España.

Notas léxicas

jue: jue > fue. Nos encontramos ante la velarización de f- ante -ue- y -ui-. Este fenómeno es habitual en las hablas populares y rurales en todo el mundo hispánico.

(Notas léxica de Marta Torres Martínez)

pandas: en el Diccionario de americanismos (2010) de la Asociación de Academias de la Lengua Española se recogen varias acepciones referidas al adjetivo pando, da. Ninguna de ellas se vincula a México, si bien la que sigue podría encajar en este contexto: ‘Referido a persona, que tiene el estómago lleno’.

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

volantín: esta voz no se registra ni en el Diccionario de mexicanismos (2010) de la Academia Mexicana de la Lengua ni en el Diccionario de americanismos (2010) de la Asociación de Academias de la Lengua Española. No obstante, en el Fichero General de la RAE hallamos dos cédulas donde se documenta en empleo de esta palabra en México: ‘tiovivo’ en Texas, Méjico y Nuevo Méjico (Vocabulario español de Texas, 1970, de Gilberto Cerda, Berta Cabaza y Julieta Farías) y ‘Aparato para diversión de los niños, que consiste en una serie de calesillas y animales de madera que se mueven eléctricamente formando un gran círculo. Es el tiovivo, recreo de feria’ (Suplemento del Diccionario de americanismos, 1944, de Augusto Malaret).

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

pos: en el Diccionario de americanismos (2010) de la Asociación de Academias de la Lengua Española se incluye esta conjunción, variante de pues y marcada como mexicanismo y ruralismo.

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

Bibliografía

 

Estudios

MEDRANO DE LUNA, Gabriel (2013). Los mundos mágicos de Sshinda: la cultura oral y la obra artística de un juguetero popular de Guanajuato. México. Alcalá de Henares: El jardín de la voz.

MEDRANO DE LUNA, Gabriel (2016). Sshinda. El mágico mundo de un juguetero tradicional de Guanajuato. Guanajuato: Universidad de Guanajuato.

Transcripción

El primero | La primera parte jue* que nació de un carrusel de una plaza, en una plaza donde había una feria. Y en aquel tiempo, en las ferias llegaban los carruseles, eh… las ruedas de la fortuna, llegaba la mujer barbuda, y andaban todos… Entonces, cuando…, cuando sale un payaso bailando, “¡basasa!”, baile y baile, en el carrusel pa que la gente se arrimara, y gritaba:
―¡Jesucristo, mata al diablo, que quiero comer carnitas!―.
Pues la gente se empezó a arrimar a ver por dónde estaba el diablo, que aquel payaso quería matar al diablo pa que comiera carnitas.
―¡Jesucristo, mata al diablo, que quiero comer carnitas!―.
Pos* la gente se arrimaba a ver dónde estaba el diablo. Y no más se fijaba en las muchachas que iban pasando. Y otra vez gritaba:
―¡Jesucristo, mata al diablo, que quiero comer carnitas!―.
Y se dirigía la vista entero a las muchachas y decía:
―¡Por eso las hacen pandas*, porque les montan tiernitas!―.
Es el payaso, de allí nació lo demás, de allí nació lo demás, sí, sí. Entonces por eso digo: “pues siga”. No, pos sí, sí es cierto que los payasos así decían, pero los payasos que bailaban en el volantín*, sí, sí. Y la gente, pos, se arrimaba, pos en aquel tiempo, no había cine, no había televisión y no había nada; allí se arrimaban.