El teporocho

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0403n

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Notas

Gumercindo España Olivares, conocido con el sobrenombre de Sshinda, fue un famoso artesano de juguetes mexicano.

Esta grabación es parte del Legado de José Manuel Pedrosa al Archivo de la Palabra de la Biblioteca Nacional de España.

Notas léxicas

centavo: tanto en el Diccionario de mexicanismos (2010) de la Academia Mexicana de la Lengua como en el Diccionario de americanismos (2010) de la Asociación de Academias de la Lengua Española se define centavo como ‘moneda fraccionaria que equivale a la centésima parte de la oficial’.

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

teporocho: según indica la Academia Mexicana de la Lengua (http://www.academia.org.mx/espin/respuestas/item/teporocho), la voz teporocho, referida al ‘alcohólico indigente’ es un mexicanismo. Aunque la etimología de esta palabra es incierta, una explicación sobre su origen es que posiblemente surgió de la costumbre de beber infusiones de hojas de naranjo o canela mezcladas con alcohol. Según se cuenta, en México, a principios del siglo XX, estas bebidas se vendían en puestos callejeros y su precio era de ocho centavos; de ahí la voz teporocho, es decir “té-por-ocho”.

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

Bibliografía

 

Estudios

MEDRANO DE LUNA, Gabriel (2013). Los mundos mágicos de Sshinda: la cultura oral y la obra artística de un juguetero popular de Guanajuato. México. Alcalá de Henares: El jardín de la voz.

MEDRANO DE LUNA, Gabriel (2016). Sshinda. El mágico mundo de un juguetero tradicional de Guanajuato. Guanajuato: Universidad de Guanajuato.

Transcripción

¿El teporocho*? Eh… me preguntaban el…, el día que estuvimos en la conferencia allá, en…, en Madrid, me preguntaban qué era un teporocho. El teporocho era un señor que, en las fiestas que llegaban a los pueblos, pues había gente que hablaba poco español, y entonces, este borracho llegaba allá y la señora estaba vendiendo allí su marranilla, canela, té de limón, eh… hojas de yerbabuena, pero con alcohol. Entonces el alcohol valía cinco centavos* y el litro de…, de marranilla o de hierba cocida valía tres centavos. Y ya borrachos se decían:
―¡Un té por ocho! ¡Un té por ocho!―.
Daba ocho centavos pa que le dieran el alcohol y le dieran el litro de agua. Por eso de ahí salió el teporocho, pero no porque anden todo el tiempo borrachos.