Sobre proscritos comunistas

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Referencia catalográfica: 0409n

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Transcripción

Bueno, eso, los bandoleros, no, eran gente mu mala, pero no eran bandoleros, eran d´estos… comunistas, ¿sabes? Que entraban a las casas, robaban, y lo hacían…, hacían to lo que querían en el pueblo. Y ya pues se tiraron a la sierra; cuando ya vieron que la guardia civil los perseguían, pues se tiraron a la sierra. Y entonces, en la sierra venían, hacían daño, se iban y así estuvieron mucho tiempo, hasta que ya un día pues los…, los pillaron, los pillaron. ¡Pero no los pillaron!, pillaron a uno, porque ese que yo te digo, ese…, su… sobrina está | vive aquí, ese tenía un…, era un…, así de chiquitillo era, pero eso tenía más reaños que… A la mujer de ese, como la gente decía que él entraba to las noches a dormir con su… mujer, pues el tío, lo…, vamos la guardia civil, la | Primero era ella, le pegaban unas palizas y | pa que dijera si era verdad. Como luego era mentira to, llamaron a la cuñá que vivía con ella, con la hermana, y lo mismo, la ponían | la ataban de los pies y la colgaban y le pegaban zurriagazos y… Y él se enteró, él estaba en la sierra pero se enteró de eso. Y entonces, allí en Villanueva, los señoritos, antes, yo no sé ahora, tenían muchas olivas en la sierra, por allí cerca, y había un maestro de escuela, que era muy buena persona el hombre, tenía unas olivas y de vez en cuando iba a verlas y, una tarde, se encontró con él y le dijo:

—Tiene usted que ir al cuartel de la guardia civil y, si no le hacen caso, usted no ven-, no venga más por aquí —y asín fue—. Tiene usted que ir al cuartel de la guardia civil a decir que si no dejan a mi cuñá tranquila y a mi mujer que voy a ir yo a…, voy a ir yo al cuartel de la guardia civil—.

Pues eso fue a ese hombre; ya no volvió más a sus olivas porque, como la guardia civil no le hizo caso, pues el hombre ya no fue más porque se encontraba con él y la mo- | lo mataba.

Pero un día, venía el alcalde entrando al pueblo, entrando al pueblo —tú fíjate tan chiquitillo como era y el valor que tenía—, entrando al pueblo montao en su caballo que venía del ver el campo, y salió él y le dijo:

—Tú eres el alcalde y tú tienes que evitar de que a mi familia la molesten más porque, si no lo evitas tú, no salgas más al campo, ni siquiera a las afueras del pueblo, porque yo te acecharé y te mataré—.

 Pues a él sí lo escucharon, a él ya no…, ya no… fue… no fueron más en busca de ella ni na.

Pero un año, entraron al cuartel de la guardia civil —ellos eran cinco o seis de allí de Villanueva— y entraron al cuartel de la guardia civil. Tenían | porque tenían unos corrales muy grandes, tenían marranos, tenían borricos, tenían… conejos, gallinas, tenían de to, ¿sabes? Pues pillaron | Tú fíjate, entraron los cinco al cuartel, los cinco o los seis, los que había, cogieron un borrico, le pusieron un serón, metieron los conejos, las gallinas, to, los marranos, to lo metieron allí en el ese, y dejaron a un gallo na más, y al gallo le pusieron un letrero en lo alto y le decía: “Desde la doce estoy solo”, pa que viera la guardia civil a la hora que había estao solo, y ya se dieron cuenta que hasta entró por la, por la puerta, ¿sabes?