En las montañas de Asturias     una niña vi
regando sus lindas flores,     regando su jardín.
Pasó un caballero,     le pidió una flor
y la niña l´ha dicho,     l´ha dicho que no.
—La mala acción de las flores     me las has de pagar.
Has de vivir alerta     o te he de matar—.
A los tres días     la niña salió    
y la vio un caballero     y le preguntó.
—Toma, caballero,     la flor de mis manos
y déjame que vaya     con mis tres hermanos.
—No quiero flor de tus manos     ni tampoco a ti.
Te dije que en mi presencia     tenías que morir—.
La cogió del pecho,     se sacó un puñal
y al lado del pecho     l´ha dao tres puñalás.
La visten de azul y blanco,     muy adornada con flores
y en medio lleva una rosa     de siete colores.
Y en lo alto lleva     un ramo de azahar
y  un letrero que dice:     “La mata un criminal”.
Ese criminal merece     que lo degollaran
porque ha matado la reina     de la bella esturiada*.