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Notas
Se repiten seguidos los dos versos finales.
Comentario de María Jesús Ruiz:
Fraile Gil (2016: pp. 546-547) incluye este tema en el apartado de "romances y canciones narrativas", con el título "Buscando posada (seguidillas)". La versión de Guadalupe (Cáceres) que publica formaba parte del repertorio zambomba del lugar (véase para esto en la misma publicación p. 191).
Con el mismo título de "Buscando posada" se conocen al menos otros dos romances (o canciones narrativas) del mismo tema pero de diferente estructura:
a) octosílabo estrófico, registrado en el IGRH como 0493:2. Hay varias versiones gaditanas en Piñero (1996: pp. 372-373, aquí tituladas "La mesonera despiadada").
b) octosilábico, hexasilábico, estrófico, incluido por Fraile Gil (2016: 545) con el título de "El mesonero egoísta”.
Por tanto, la escena de la búsqueda desesperada de alojamiento de José y María la noche del Parto Divino se ha recreado en diversos moldes, probablemente la mayoría de ellos popularizados en pliegos de cordel del siglo XIX.
Bibliografía
Versión publicada en Anaya Flores (1986: pp. 123-124; música p. 170).
Otras versiones de "Buscando posada"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
PINTO CORREIA, J. D. (1984). Romanceiro Tradicional Português. Lisboa: Comunicação.
TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias. Madrid: Nieva.
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Transcripción
Por las tres gracias divinas,
la Virgen va a Galilea,
va camino de Judea
sin reposo.
Va con ella su santo esposo,
va de mesón en mesón,
no halla consolación
por su dinero.
Los pobres hospitaleros
no la quieren recibir;
no halla donde parir,
en puerta en puerta.
No halla posada abierta,
ni menos luz a estas horas;
solo queda una señora
en despoblado.
Ha salido un viejo honrado
pa que le hagan la cama
donde esta divina dama
bien se acueste.
—Busque, señor, quien le preste
siquiera un par de colchones;
no dormáis en los granzones
ni en la paja.
La Virgen no tiene alhajas
ni sábanas ni cortinas;
telarañas por encima
son guarnices.
Los paños y los tapices,
los deshilados y redes
que acuelgan por las paredes
son hollines.
Aquí hay muchos serafines,
muchos ángeles encuentro
a ver este nacimiento
tan profundo.
El que creó cielo y mundo
entre los dos animales
ha nacido de María
en los pequeños portales.
Ella coge y le da el pecho,
ella le echaba en el lecho
y con grande regocijo
le adoraba como a un Dios,
y era su hijo.