Elaboración de jabón casero

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Este registro ha sido recopilado en el marco del proyecto de I+D (Excelencia) del MINECO “Documentación, tratamiento archivístico digital y estudio lexicológico, histórico-literario y musicológico del patrimonio oral de la Andalucía oriental” (referencia: FFI2017-82344-P).

Transcripción

Pa cada, pa cada seis de | litros de agua | Se, se, se pone, sí, seis litros de agua y se pone la sosa en el recipiente con seis litros de agua. Y entonces, lo mismo que las aceitunas, pones el huevo y, cuando el huevo esté así, pues entonces ya le, le mezclas el aceite, y con un palo lo estás moviendo. Y…, y ya al día siguiente, pues a la caldera y se cuece el jabón. Y ya el ja-, el jabón sale arriba y ya la lejía se queda abajo | la sosa se queda abajo.

Una vez fui a Jaén, ¡madre mía, madre mía!, que estaba mi hija estudiando con las adoratrices y se llevaba el jabón de la casa. Y, y le di-, y le dice la, la hermana Antonia dice, dice:

—María Pilar, ¿dónde, ande compras tú este jabón?—.

Dice:

—Nosotros no compramos jabón, si este jabón lo hace mi madre—.

¡Oy, por Dios!

—Pues, ¿no le importaría a tu madre venir aquí a hacernos un café, esto, jabón?—.

Dice:

—Pues no. Cuando vaya a casa, pues yo se lo digo a mi madre—.

Bueno, pues me lo dice, y por los hijos pus tenemos que hacer… lo que no, lo que no sabemos. Bueno, pues entonces ya me lo dijo y digo:

—Sí, ya me voy mañana en el autobús —que eso al lado de | estaba allí en el castillo de santa Catalina, ¡por dios!, en lo alto.

Pues ya me fui, y me dieron | Allí tenían un montón de aceite, pero yo solo cogí una, una tasa, digo, porque ya los recipientes tampoco eran como los que yo tenía. Tú me dices, en una caldera grande puedes echar lo que quieras, pero el recipiente era de unos doce o quince litros de agua o veinte. Bueno, pues entonces ya, por la tarde, ya lo, ya lo evanté, y ya me dieron la sosa y yo, pues ya cuando estaba deshecha, la misma cantidad de sosa y la misma de aceite, pero asín, que el bote | el huevo flotando. Al día siguiente, pues me levanto temprano y pongo la | un barreño me parece que era, el, el, en el gas. ¡Madre mía! Y aquello en vez de, ¡oh!, en vez de espesar, lo que hizo fue de, de | agua. Co- | Cuando lo oí, lo evanté, ¡oy, oy, qué vergüenza pasé!, ¡qué vergüenza pasé! Y entonces ya le digo a la hermana superiora dice, digo:

—Mire tú, esto no sale. Lo que vamos a hacer que me dé usted una garrafa de cinco litros de aceite y yo tranquilica allí cuando vaya a mi casa lo hago—.

Y así lo hizo, me dieron un recipiente de cinco litros. Pero, como la freidora se lleva la grasa del aceite —que yo no lo sabía, lo aprendí entonces—, pues en vez de echar esa cantidad, pues me parece que a los cinco litros, le eché tres litros de agua y un kilo de sosa. Mira, cuando al día siguiente lo pongo a la lumbre y empieza aquello a, a, a deshacerse, o sea, a espesar, ¡oy, qué jabón más divino salió! Digo: “¿será posible?”. Porque claro, ellas son freidoras lo que tienen, y entonces la, la grasa pues se pierde, y entonces, en vez de más agua, tienes que echarle menos. ¡Oy, qué vergüenza pasé!