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Notas
Atero Burgos (2003: n.º 192) titula a este romance "El crimen de Don Benito" y lo clasifica como romance de cordel o de ciego dentro del apartado E. 1) Crímenes pasionales.
En esta versión, se repiten los versos 14 y 16.
Bibliografía
IGRH: 5131
Otras versiones de "Inés Marcela"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
FERNÁNDEZ BARJOLA, M.ª I. (2007). El crimen de Don Benito en la literatura regional. En F. Hermoso Ruiz (Coord.), VIII Congreso de Estudios Extremeños (pp. 2099-2115). Badajoz: Diputación Provincial.
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Transcripción
Al salir misa de once, don Carlos, el criminal,
dio un besito a Inés María y ella le dio una guantá.
—La guantada que me has dado me la tienes de pagar—.
Mira si se la pagó, que la cosió a puñaladas.
A eso de las once y media, llega el sereno a la puerta:
—Levántate, Inés María—. Y su madre le contesta:
—¿Qué se le ofrece al sereno y a estas horas por aquí?
—Se me ofrece un vaso de agua, la caja y el botiquín—.
Ha bajado Inés María con el vasito en la mano
y ha visto a los criminales con los puñales alzados.
—Entrégate, Inés María, que tu madre ya murió.
—Mátame o haz lo que quieras, que a ti no me entrego yo—.
Los nudillos de las sillas daban contra las paredes,
por ver si las vecinillas venían a socorrerle.
Los primeros cinco duros que en la mesa se pusieron
fueron de Carlos Paredes para pagar el entierro.
Las flores del campo santo todas se visten de negro
para ver a Inés María como iba en el entierro.
Las flores del campo santo todas se visten de azul
para ver a Inés María como va en el ataúd.
Las flores del campo santo todas se forman en coro
para ver a Inés María como la echaban al hoyo.
Mira si sería guapa, que hasta el mismo enterrador
tiró la herramienta y dijo: —A ésta no la entierro yo.