La adúltera del cebollero

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0443r

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Notas

Comentario de María Jesús Ruiz:

Se trata de una canción lírica, probablemente una canción de corro, que se sirve de los versos formulaicos iniciales del romance "La adúltera del cebollero".

Bibliografía

IGRH: 0625

Otras versiones de "La adúltera del cebollero"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3901); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 17); Álvarez Cárcamo (2019: 20.6); Atero Burgos (2003: n.º 82); Díaz (2007: E.11); Fraile Gil (2016: n.º 80); Gil Muñoz (2010: n.º 88); Manzano Alonso (2003: pp. 361-364); Moreno Moreno (2016: n.º 95); Pérez Rivera (2015: n.º 268-269); Pimentel García (2020: n.º 173); Piñero Ramírez (1996: n.º 79); Piñero Ramírez (2004: n.º 59); Piñero Ramírez (2013: n.º 80); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 108-109); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 47); Salazar (1999: n.º 116).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

ATERO BURGOS, V. (1986). La adúltera del cebollero: Un romance erótico-festivo en la tradición oral gaditana. Tavira, 3, 5-1.

Transcripción

Por las calles de Madrid,     se pasea un cebollinero,

para que le compren, sí,     y sacarse su dinero.

Y por las calles de Madrid,     se pasea la tía Parda,

con un gato blanco al hombro     que lleva en la espalda.

Y arriba limón,     y abajo la lima;

y arriba limón,     limonera de mi vida.

—¿Quién ha visto a la tía Parda      con un gato blanco al hombro

por las calles de Madrid     vendiendo tocino gordo?—

Y arriba limón,     y abajo la oliva;

y arriba limón,     limonero de mi vida.

—Márchese, bestia parda,     se marche para su pueblo,

que en las calles de Madrid     se come buey en el caldero.

Y arriba limón,     y abajo la oliva;

y arriba limón,     limonero de mi vida.

Resumen de "La adúltera del cebollero"

Un cebollero se pasea por las calles con la intención de vender su mercancía. Acude a casa de una recién casada a la que le pide posada. Al principio, ella indica que no puede dársela porque su marido no se encuentra en casa, pero finalmente cambia de idea. Cenan juntos. A los nueve meses, ella tiene un hijo. Existe una versión infantil que, tras los versos iniciales del romance, se refiere a una mujer que vende tocino por la calle con un gato al hombro.