Muerte de Pepete

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0445r

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Bibliografía

IGRH: 0467

Otras versiones de "Muerte de Pepete"

Atero Burgos (2003: n.º 254); Díaz (2007: D.23); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1995: n.º 74); Majada Neila (1984: n.º 82); Manzano Alonso (2003: p. 531); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 164); Pimentel García (2020: n.º 654); Romero López (1995: n.º 32); Tejerizo Robles (2007: n.º 463); Trapero (1985: n.º 108).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

¡Qué día más desgraciado,     primer domingo de abril,

que el toro mató a Pepete     en la plaza de Madrid!

Por bajo de la engarrocha     por cima el toro le dio;

Pepete tiró la suerte     y la reina no le dio.

Y los que estaban allí     decían: “¡Viva Pepete!”

Y la reina le decía:     —¡Vuelve a repetir la suerte!—

Pepete le ha contestado     con mucha serenidad:

—La suerte no la repito,     que el toro me va a matar­—.

Y la reina le decía     con mucho orgullo y honor:

—La suerte tú la repites     porque te lo mando yo—.

Dio tres vueltas en el aire     y en el centro se quedó;

vino una malvada fiera,     por banderas lo llevó.

La novia que estaba allí,     y de verle padecer,

hasta las piedras quebrantan     al ver a aquella mujer.

Y la reina la decía:     —Yo seré tu intercesora,

que yo he tenido la culpa     de lo que ha pasado ahora—.

El rey se viste de luto     y la reina de morado,

y acompaña a Pepete     hasta el mismo campo santo.

Y el rey se viste de luto     y la reina de color,

y acompañar a Pepete     (y) hasta el mismo panteón.

La caja es de terciopelo     y la tapa de cristal,

y en medio lleva clavada     la espadilla de matar.

Y aquí termina la historia     del desgraciado Pepete.

La reina tuvo la culpa     que repitiera la suerte.

Resumen de "Muerte de Pepete"

Se narra la fatal cogida de Pepete. Ese día, asiste la reina a la plaza. El torero está realizando una faena espléndida y, en un momento dado, decide saltar por encima del toro. Todo el público lo ovaciona. Sin embargo, la reina se ha perdido la faena y le pide al torero que la repita. Pepete le asegura que, si lo hace, lo más probable es que el toro lo empitone. Lleno de pavor, vuelve a realizar la pirueta que le ha pedido la reina y el toro lo mata. La reina, que se siente culpable, asiste al entierro y le ofrece a la viuda o a la novia una gran cantidad de dinero.