Rosita encarnada

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0454r

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Bibliografía

IGRH: 5019.9

Otras versiones de "Rosita encarnada"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3913); Alonso Fernández et alii (2017: n.º 23); Atero Burgos (2003: n.º 183); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 113); Benítez Sánchez (1999: p. 295); Cid (1974: n.º 33); Díaz (2007: E.13); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 183-184); Heredia Menchero (2017: n.º 1007); Jaén Castaño (2018: n.º 527, 528); Majada Neila (1984: n.º 92); Manzano Alonso (2003: pp. 642-645); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 172); Moreno Moreno (2016: n.º 157); Pimentel García (2020: n.º 807); Tejerizo Robles (2007: n.º 408-409); Tomé Fernández (2009: p. 354).

Contaminaciones y engarces

El moribundo + Rosita encarnada (Pérez Rivera, 2015: n.º 296).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Ya venimos de la guerra de África     donde todo lo trae el amor,

ya venimos de la guerra de África     porque todo lo pide el amor.

—Al marcharme, Rosita Encarnada,     me juraste que no me olvidabas;

ahora vengo a casarme contigo,     y ahora vengo y te encuentro casada.

—Casadita y no puedo negarlo,     que la ley me hizo volver;

me he casado en la flor de mi vida     con un hombre que yo nunca amé.

—Dame un beso, Rosita Encarnada,     dame un beso de esos del amor;

si tu pecho ha tocado otro hombre,     en tus labios quiero besar yo.

—Ese beso que tú a mí me pides     ahora y nunca te le puedo dar,

porque ya se lo he dado a otro hombre,     que ahora mismo me encuentro casada.

—¿No te acuerdas del pañuelo grana     que de novios yo te regalé?

Dámelo, que si tú no lo has roto,     en mi nombre yo lo romperé.

—No me acuerdo del pañuelo grana     ni de varios regalos que hicistes,

solo de un costurero de plata     en el cual mi retrato pusistes—.

A eso de los quince días     ella iba a misa y se la encontró.

—Dame un beso, Rosita Encarnada,     que ahora vengo a lograr mi intención.

—Sé que tienes puñal de oro filo     y mi pecho vas a traspasar;

matarás a una linda criatura     que dentro de mi cuerpo está.

—Yo no mato a esa linda criatura     que al mundo ella vendrá inocente,

pero el día que ella venga al mundo     a ti sola te daré la muerte—.

A eso de los quince días     ella iba a misa y se la encontró.

—Buenos días, Rosita Encarnada,     ahora vengo a lograr mi intención.

—No me mates, por Dios, no me mates,     no me mates y ten compasión,

que ese beso que tú a mí me pides     ahora mismo te le daré yo.

—Yo no quiero ya más besos tuyos,     lo que quiero es lograr mi intención—.

Ha sacado el puñal de oro filo     y en el pecho fue y se le clavó.

Ha caído envuelta en sangre     y creo que allí muerta quedó.

Resumen de "Rosita encarnada"

Rosita Encarnada es novia de un muchacho al que reclutan como soldado para la guerra de África. Cuando este vuelve, la encuentra casada con otro, aunque ella asegura que fue en contra de su voluntad. Él le pide un beso, que ella le niega, y la amenaza de muerte. Rosita le pide que espere hasta que dé a luz, pues, de lo contrario, matará a una criatura inocente. Una vez nacida la niña, el muchacho va en su busca y la apuñala. En algunas versiones se incluye una advertencia a las mozas solteras para que no se entreguen a quien no quieran.