La infanticida

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Notas

La informante denomina "El niño de la cabeza" a este romance.

Bibliografía

IGRH: 0096

Otras versiones de "La infanticida"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3898); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 19); Álvarez Cárcamo (2019: 14.2); Atero Burgos (2003: n.º 34); Benítez Sánchez (2000: p. 240); Cid (1974: n.º 22); Díaz (2007: F.15); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 123-125); Fraile Gil (2013: n.º 43); Fraile Gil (2016: n.º 48-49); Heredia Menchero (2017: n.º 1000, 1001); Manzano Alonso (2003: pp. 369-372); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 115); Moreno Moreno (2016: n.º 44-47); Pimentel García (2020: n.º 179); Piñero Ramírez (1996: n.º 35); Piñero Ramírez (2004: n.º 29); Piñero Ramírez (2013: n.º 69); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 49); Rico Beltrán (2009: n.º 54); Romero López (1995: n.º 30); Salazar (1999: n.º 69); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 41); Suárez López (2009: n.º 244); Tejerizo Robles (2007, n.º 444, 445); Trapero (1985, n.º 106); Trapero (2000a: n.º 33); Trapero (2000b: n.º 26); Trapero (2003: n.º 23); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 41); Trujillo Pacheco (2017: n.º 38); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 117).

Contaminaciones y engarces

Muerte ocultada + La infanticida (CLO, 0115r); La infanticida + Marinero al agua (Piñero Ramírez, 2004: n.º 30).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

ATERO BURGOS, V. (1986). Dos nuevas versiones del romance de La infanticida recogidas en la Sierra de Cádiz. Archivo hispalense, 212, 161-180.

Transcripción

Dios me dé salud y gracia     para que yo cantar pueda,

para poder explicar     "El niño de la cabeza".

El padre se fue de viaje     y el niño al encuentro llega,

y una tarde que venía,     ¡ay, el niño que no llega!

Fue el marido a casa     ……………………..

y le pregunta al niño:     —Hijo mío, ¿qué me cuentas?

—Que aquí viene el alférez,     el alférez se entra en casa,

y a mi madre coge en brazos     y al aposento la lleva

dándola besos y abrazos;     lo demás yo no lo viera.

Al otro día siguiente,     un viaje se le ordena

de vender seda y paños;     lo demás yo no lo viera—.

El alférez le responde,     diciendo de esta manera:

—Ya no contarás jamás     de tu madre las tragedias—.

El alférez coge en brazos     y a la fuente se le lleva.

Llega el marido a cenar     y pregunta por el niño,

y la madre le contesta:     —El niño se ha ido de viaje,

a pagar una limosna     a la señora del Prado.

Sube marido a cenar,     que tengo la cena puesta

de perdices y conejos,     y cabezas de ternera—.

Los huesos que sacó al niño     se los echan a la perra;

la perra se los comía     dando alaridos y quejas.

—Sube marido a cenar,     que tengo la cena puesta

de perdices y conejos,     y cabezas de ternera—.

Vuelve a preguntar por el hijo,     y la madre le contesta

que para virgen del Prado     se le ofrece una promesa.

Se pone el marido a cenar,     y estando la mesa puesta

y a la primer cucharada     se oye una voz muy tierna:

—Detente, padre, detente,     no comas de mi cabeza,

que salí de tus entrañas;     no es de ley que a ellas vuelvan—.

El marido la cogió,     la ha agarrado de la cabeza,

y a la madre del niño     malos demonios la llevan.

No está la palabra dicha,     cuando los demonios llegan:

unos cargan con el cuerpo     y otros cargan con el alma;

los que más detrás venían,     con la ropa de la cama.

Resumen de "La infanticida"

Un niño le cuenta a su padre que su madre le está siendo infiel con un alférez o un cura. El padre, que en la mayoría de las versiones es comerciante, sale a vender su mercancía. En su ausencia, la madre mata al niño y le arranca la lengua. En ese instante, llega el amante, que le reprocha su crueldad. En algunas versiones, es el propio amante quien lo mata; en otras, la madre le ofrece al alférez la lengua del niño en un plato. La  asesina descuartiza el cuerpo y lo cocina. Cuando el marido llega del trabajo, pregunta por su hijo. Ella le dice que está en la escuela o en casa de su abuela. Cuando el mercader se dispone a comerse a su propio hijo, la carne del plato habla, impidiendo el fatal desenlace. En otras versiones, es la Virgen la que evita que el padre pruebe la carne de su hijo. Finalmente, el padre maltrata o mata a su esposa. En ocasiones, aparecen unos demonios que torturan a la infanticida de diversas formas.