San Antonio y los pájaros

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Notas

Aclaraciones léxicas

protento: así en el archivo sonoro.
naiden: así en el arhivo sonoro.

Agradecemos la valiosa ayuda de Fuensanta Aranda Gómez, quien nos puso en contacto con los informantes para la realización de esta entrevista.

Notas léxicas

verderón: se incluye desde el primer diccionario de la Academia: ‘páxaro poco mayor que el gorrión . Tiene el pico corto, gruesso y redondo; la pluma es de un verde que tira a amarillo, por lo que le dan este nombre’ (DA, 1726-39). En la última edición del DRAE se recoge una definición de índole científica: ‘ave canora del orden de las paseriformes, del tamaño y forma del gorrión, con plumaje verde y manchas amarillentas en las remeras principales y en la base de la cola’ (DRAE, 2014).

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

cuco: desde el DRAE (1884), según constatamos en el NTLLE, se recoge la equivalencia ‘cuco. cuclillo’. En esta misma edición el cuclillo se define como ‘ave de paso, de color ceniciento, lustroso y por debajo blanco sucio, rayado transversalmente de pardo. La hembra, según opinión común, pone sus huevos en los nidos de otras aves’. En el DRAE (2014) encontramos una definición más técnica y menos subjetiva: ‘ave trepadora, poco menor que una tórtola, con plumaje de color de ceniza, azulado por encima, más claro y con rayas pardas por el pecho y abdomen, cola negra con pintas blancas, y alas pardas, cuya hembra pone sus huevos en los nidos de otras aves’. Una definición similar hallamos en el DEA (1999): ‘ave trepadora de cabeza pequeña y plumaje gris, que habita en los bosques, y que se caracteriza por su canto y porque la hembra pone los huevos en los nidos de otras aves’. En el TLHA se registra y, por tanto, se reconoce como andalucismo. Encontramos una acepción, vinculada a la provincia de Jaén, que nos interesa: ‘mochuelo, ave estrigiforme, de unos 20 cms. de altura, que se alimenta de roedores y reptiles’.

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

Bibliografía

IGRH: 0194

Otras versiones de "San Antonio y los pájaros"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 4024); Alcalá Ortiz (2006: pp. 138-149); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 35); Atero Burgos (2003: n.º 71); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 130); Benítez Sánchez (1999: pp. 277-278); Benítez Sánchez (2000: pp. 270-273); Checa Beltrán (2005: n.º 21); Díaz (2007: C.1); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 17-21); Esteve Faubel (1998: pp. 1206-1209); Foxo (2011: pp. 68-69); Gómez Garrido (2012: n.º 160); Heredia Menchero (2017: n.º 70); Hernández Fernández (2010: n.º 25-26); Majada Neila (1984: n.º 45, 46); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 194); Moreno Moreno (2016: n.º 92); De Mur Bernad (2015: n.º 75, 76); Nieves Martín (2010: n.º 517); Pimentel García (2020: n.º 332); Piñero Ramírez (1996: n.º 69); Piñero Ramírez (2004: n.º 53); Piñero Ramírez (2013: n.º 122); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 126-127); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 79); Rico Beltrán (2009: n.º 102); Schubarth y Santamarina (1986: n.º 74a); Trapero (2000a: n.º 203); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 198); Trujillo Pacheco (2017: n.º 58).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

RODRÍGUEZ PASTOR, J. (1996). Algunas manifestaciones folkloricas en torno a san Antonio de Padua. Revista de Folklore, 16 (186), 84-98.

TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias. Madrid: Nieva.

Transcripción

Divino Antonio precioso,     suplicad a Dios inmenso
que con su divina gracia     alumbre mi entendimiento
para que mi lengua     refiera el milagro
que en el huerto obraste     de edad de ocho años.
Y este niño fue nacido     con mucho temor a Dios
y de su padre querido     y del mundo admiración.
Fue caritativo     y perseguidor
de sus enemigos     con mucho rigor.
Su padre era un caballero     cristiano, honrado y prudente
que mantenía su casa      con el sudor de su frente.
Y tenía un huerto     donde recogía
cosechas de frutas     que el tiempo traía.
Una mañana, un domingo,     como siempre acostumbraba,
se marchó su padre a misa,     cosa que nunca olvidaba.
Y le dice: —Antonio,     ven acá hijo amado
y escucha que tengo     que darte un recado.
Mientras que yo estoy en misa     gran cuidado has de tener.
Mira que los pajaritos     todo lo echan a perder.
Entran en el huerto,     pican el sembrado,
por eso te encargo     que tengas cuidado—.
Se marchó su padre a misa     y en la iglesia se sentó.
Antonio quedó al cuidado     y a los pájaros llamó:
—Venid, pajaritos,    dejad el sembrado
que mi padre ha dicho     que tenga cuidado.
Para que yo mejor pueda     cumplir con mi obligación
voy a encerrarlos a todos     dentro de esta habitación—.
Y los pajaritos,     mientras les mandaba,
(y) ellos muy humildes     (y) en el cuarto entraban.
Por aquella cercanía     ningún pájaro quedó
porque todos acudieron     (y) a lo que Antonio mandó.
Lleno de alegría    san Antonio estaba
y los pajarillos     alegres cantaban.
Al ver venir a su padre     todos les mandó a callar.
Llegó su padre a la puerta     y le empezó a preguntar:
—Dime, Antoñito,     dime, hijo amado,
¿de los pajaritos    qué tal has cuidado?
El hijo le contesto:    —Padre, no tengas cuidado,
que para que no hagan nada     todos los tengos encerrados—.
El padre que vio     el milagro tan grande,
al señor obispo     trató de avisarle.
Y acudió el señor obispo     con grande acompañamiento.
Todos quedaron confusos     (y) al ver tan grande protento*.
Abrieron ventanas,     puertas a la par,
a ver si las aves     se querían marchar.
Antonio les dice a todos:      —Señores, *naiden se alarme,
los pájaros no se marchan     mientras que yo no lo mande—.
Se puso en la puerta     y les dice así:
—Vaya, pajaritos,     ya podeis salir.
Salgan cigueñas con orden,     águilas, grutas y garzas,
gavilanes y abutardas,      lechuzas, mochuelos, grajas.
Salgan verderones*      y las codornices,   
águilas, cogujadas      y las codornices.
Salga el cuco* y el milano,     y la pastora andarío,
canarios y ruiseñores,     todos pájaros y mirlos.
Salgas las hurracas     y las codornices,
palomas, gorriones     y las codornices.
Cuando acaban de salir,     todos juntitos se ponen
y escuchando a san Antonio      para ver lo que dispone.
Se puso en la puerta     y les dice así:
—Vaya, pajaritos,     ya podeis salir—.
Al tiempo de alzar el vuelo,      cantan con dulce alegría
despidiéndose de Antonio     y toda su compañía.
El señor obispo     al ver tal milagro,
por diversas partes     mandó publicarlo.
Árbol de grandiosidades,     fuente de la caridad,
depósito de bondades,     padre de inmensa piedad,
Antonio divino,     por tu intercesión
todos merezcamos     la eterna mansión.

Resumen de "San Antonio y los pájaros"

El padre de san Antonio acude un domingo a misa y le encomienda a su hijo que tenga cuidado de que las aves no estropeen el sembrado. El niño llama a los pájaros y los encierra dentro de una habitación. Cuando Antonio ve que su progenitor vuelve a casa, manda callar a las aves. El padre le pregunta si ha cumplido con su encargo y el niño le contesta que tiene a los pájaros encerrados en una habitación. El padre queda estupefacto y llama al obispo para que vea el milagro. Una vez en casa de Antonio, el obispo y sus acompañantes abren las ventanas y las puertas para que las aves se marchen, pero Antonio asegura que no lo harán hasta que él no lo ordene. A continuación, el niño les pide a las aves que salgan. Estas lo hacen y se reúnen fuera de la habitación esperando nuevas instrucciones del santo. Este les ordena que se marchen sin picar en los sembrados. Los pájaros se despiden y se marchan.