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Clasificación
Informantes
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Notas
En esta versión, se repiten los octosílabos 7-8, 15-16, 27-28, 39-40, 47-48 y 55-56.
La informante afirma que el título de la composición es San José salió de Egipto e indica que cantaba esta canción en Navidad para pedir el aguinaldo, con acompañamiento de zambomba y almireces.
Bibliografía
Publicada en Anaya Flores (1986: pp.126-127; música p.170)
IGRH: 0512
Otras versiones de "El milagro del trigo"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
ATERO BURGOS, V. (1988). El romance de La huida a Egipto en cuatro versiones gaditanas: sus variantes con otras formas hispánicas. Guiniguada, 4, 51-71.
HERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, A. (2006). El milagro del trigo: de los evangelios apócrifos al folklore y la literatura. Culturas Populares, 3. Recuperado de: El milagro del trigo: de los evangelios apócrifos al folklore y la literatura (uah.es)
MINGOTE, J. L. (1986). Iconografía y tradición oral. El milagro del campo de trigo en la huida a Egipto. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 41, 109-133.
TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias. Madrid: Nieva.
VERGARA, F. y FRAILE, J. M. (1984). El milagro del trigo, un tema apócrifo. Revista de Folklore, 44 (4b), 45-52.
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Transcripción
San José salió de Egito huyendo del rey Herodes;
en el camino pasaron hambres, fríos y calores.
Al niño le llevan con mucho cuidado
porque el rey Herodes quiere degollarlo.
Ya andaron más adelante y a un labrador que allí vieron
le ha preguntado María: —Labrador, ¿qué estás haciendo?—
Y el labrador dice que sembraba piedras,
y el niño responde: —Cantos te se vuelvan.—
Fue tanta la multitud que el Señor echó de piedras
que parecía el sembrado un caminito de sierras.
Andaron más adelante y a otro labrador que vieron
le ha preguntado María: —Labrador, ¿qué estás haciendo?—
Y el labrador dice: —Señora, sembrando
un poco de trigo para el otro año.
—Pues sin detención ninguna mañana ven a segarlo,
que es un favor que te hace el Señor Sacramentado.—
Labrador de buena fe, por la noche fue a su casa
y a su mujer le da cuenta de todo lo que le pasa.
Buscaron peones y a otro día fueron
a segar el trigo, que ya estaba seco.
Estando segando el trigo pasaron tres a caballo;
por una mujer y un niño y un viejo van preguntando.
Y el labrador dice: —Cierto es que los vi
estando sembrando pasar por aquí.
—¿Qué señas lleva esa gente, hombre, desengáñanos?
—La mujer es muy bonita y el niño parece un sol;
el hombre parece que es algo más viejo,
que le lleva a ella quince años lo menos.