El mozo arriero y los siete ladrones

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0510r

Informantes

Notas

La informante lo titula Camina para la Mancha, caminaba un buen arriero y asegura que se cantaba en Navidad para pedir el aguinaldo.

Se repiten los versos 4, 6, 8, 13, 16, 18 y 20.

Bibliografía

IGRH: 0134

Publicada en Anaya Flores (1986: pp. 81-82; 1999:  pp. 74-75; música p. 164; origen y peculiaridades p. 211; 2016: p. 150)

Otras versiones de "El mozo arriero y los siete ladrones"

Álvarez Cárcamo (2019: 23.2); Atero Burgos (2003: n.º 113); Díaz (2007: D.11); Fraile Gil (2016: n.º 90); Manzano Alonso (2003: pp. 379-380); Pérez Rivera (2015: n.º 258-260); Pimentel García (2020: n.º 431); Piñero Ramírez (1996: n.º 109); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 96-97); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 91); Salazar (1999: n.º 36); Schubarth y Santamarina (1984: n.º 356); Suárez López (2009: n.º 245); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 119).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

PEDROSA BARTOLOMÉ, J. M. (2016). La guerra de los bandoleros contra los arrieros, o el romancero de bandidos: entre la noticia y el mito. Artifara: Revista de Lenguas y Literaturas Ibéricas y Latinoamericanas, 16, 89-113. https://doi.org/10.13135/1594-378X/1379

Transcripción

Camina para la Mancha,     caminaba un pobre arriero:
buena manta, buena mula,     buena bolsa de dinero.
Siete mulas arreaba,     ocho con el delantero,
nueve se podían llamar     con la de la silla y freno.
A la mitad del camino     siete pillos le salieron.
¿Dónde camina el buen mozo,     dónde camina el arriero?
Camino para la Mancha     sobre un encargo que llevo.
A la Mancha iremos todos,     como buenos compañeros—.
Al llegar a Piedrabuena,     a la posada de Alejo:
Echa vino, montañés,     echa vino, tabernero,
que lo pagará  el buen mozo,     el buen mozo es el arriero.
Sí, señora, que lo pago,     que tengo mucho dinero,
que tengo más redoblones     que estrellitas en el cielo.
El primer vaso que echaron     se le dan al pobre arriero:
Eso no lo bebo yo,     que es un vaso de veneno;
que lo beba el rey de España,    que está bien sano y bien bueno.
Al oír estas palabras,     siete sables relucieron;
el buen mozo sacó el suyo,     que era de un brillante acero.
En la primera estocada,     siete cayeron al suelo,
y los tres que se quedaron     sus patitas les valieron.

Resumen de "El mozo arriero y los siete ladrones"

Un mozo arriero se encamina hacia la Mancha lujosamente vestido. Va acompañado de un buen número de mulas y porta una gran cantidad de dinero. En mitad del camino, le salen al encuentro siete bandoleros o soldados, que dicen no tener dinero. El mozo les asegura que no deben preocuparse porque él lleva de sobra. Más adelante, se paran en una venta y los ladrones le ofrecen el primer vaso de vino. El arriero lo rechaza porque está convencido de que es veneno. En ese momento, los mozos sacan sus sables o puñales. El caminante hace lo mismo y, como es buen luchador, asesina a cinco de ellos, mientras que los otros dos huyen despavoridos. La ventera, que en algunas versiones es la mujer de uno de los ladrones, comienza a pedir auxilio. Se presenta la autoridad, que prende a la ventera por haber intentado envenenar al mozo, mientras que deja libre a este. En  algunas versiones, el arriero escribe una carta al rey contándole lo sucedido; este se enorgullece de su valiente acción, ordena que lo liberen del calabozo y le concede una renta vitalicia. A veces, también le concede una renta a la ventera, que ha prevenido al mozo de la existencia del veneno. En otras versiones, el mozo arriero se encuentra con siete franceses sin dinero. En la venta, el mozo trata de brindar por el rey de España, pero los franceses prefieren hacerlo por el monarca galo. Desenvainan sus sables y el español mata a cinco de sus contrincantes. Escribe una carta al rey contándole los hechos. Este se alegra de que haya matado a los franceses