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Una vez, como yo trabajaba en el autobús y en, en épocas como estas de Navidad el…, el autobús se llena y se va uno de Tegucigalpa a mi pueblo, pues se, se, se va toda la gente de la capital a su pueblo a pasar la Navidad, todos, todos, todos, queda sola la capital porque la mayoría de gente que vive en la ciudad son de, de pueblo. Y entonces, claro, los transportistas en ese tiempo trabajaban pues, como decía, las veinticuatro horas y, me, me acuerdo de una vez [¿...?] un veintinueve de diciembre me tocó salir de, de Tegucigalpa a las nueve. Fue como ciento veinte kilómetros, pero, claro, el camino es malo, muy malo, el camino es de tierra y son seis horas pa llegar. Y justo pasé a la una de la mañana como por una montaña que se le llama Quebrada Honda, que es una, que es un arroyo que hay que es profundo abajo, pero no tiene | llega aquí y luego, aquí, mira a la otra punta, donde tiene que subir, pero antes de bajar al arroyo tienes que bajar, bajar, bajar, y luego subir, subir, un montón de vueltas, y ahí pasé como a la una de la mañana y encontré una, una señora yo; iba con un velo blanco en la cabeza. Y…, y claro, en esas épocas todo el mundo va bebiendo y todo, y llevaba a unos aquí en la puerta y, bien, empezaron a gritarle:
―¡Toma tu teta! —le decían, como dicen que la Sucia dice así— ¡La Sucia —le decían—, toma tu teta!―.
Y era una zona montañosa, o sea, todos nos sorprendimos; una viejecita ahí, bueno, yo digo yo que es viejecita, la vi muy delgadita de tez, no le vi la piel tampoco; iba tapada con un velo blanco.
Y como, bueno, ahora después, a varios años ya, pues ocho años por ahí, hubo un accidente ahí, nunca habían habido accidentes ahí y, y, y se murieron | iban cuatro chicos en una camioneta y solo se salvó uno, y dicen que contaba él, él la versión esta que iban de una fiesta a, a medianoche, a las doce la noche o a la una o por ahí, y dijo, contaba esa versión él, que era que, que habían encontrado una, una viejecita ahí, en el mismo sitio donde yo la encontré. Entonces digo yo pues, una de las cosas buenas, menos mal que pasé despacio.