Audio
Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante manifiesta que aprendió esta composición siendo niña durante la recolección de la aceituna en Villardompardo.
Aclaraciones léxicas:
tiniendo: así en el achivo sonoro.
Agradecemos la valiosa ayuda de Fuensanta Aranda Gómez, quien nos puso en contacto con los informantes para la realización de esta entrevista.
Transcripción
—No me abandones, hijo del alma, que soy tu madre y ten compasión.
Soy una pobre, muy viejecita, y ya no gano ni la manutención.
Si me abandonas por esta causa a un hospital me tendré que marchar
tiniendo un hijo en este mundo y que consienta esta crueldad.
¿No te acuerdas, hijo mío, cuando tú enfermo en la cama
y yo a tu cabecera, me decías con dolor:
“Yo no abandono a mi madre por mucho que me prometan;
una madre en este mundo es la prenda de más valor”?
Y ahora por esa señora que tienes a tu compaña
y esas malditas entrañas que ella te lo aconsejó;
y por eso me abandonas sin tenerme caridad
y consientes que me vaya a morir a un hospital—.
Marchó esta madre muerta de pena porque su hijo a la calle la echó.
Pero esta madre que era tan buena enseguida en un hospital ingresó.
Pero esta madre que era tan buena en ningún momento cesaba de llorar
de ver que por una mujer tan mala su hijo del alma la tiene abandoná.
Y esta pobrecita madre que amargamente lloraba
en un hospital entraba; era tan grande el dolor.
Cuando llegaba un domingo, como era día de entrada,
de que su hijo no iba se le abría el corazón.
Y esta pobrecita madre, que amargamente lloraba,
que la despreció su hijo, que fue la que le dio el ser.
Pero puede que algún día venga un castigo severo
por abandonar a su madre, que tan buena fue pa él.
Han trasncurrido algunos meses y aquel maldito enfermo cayó
y su señora al verlo enfermo también se ha ido y lo abandonó.
Al verse malo, solo en el mundo, y despreciado de la población
desde la cama decía llorando: “¡Madre del alma y del corazón!”
—Yo no he tenido la culpa de lo que he hecho contigo,
eso me lo ha aconsejado esa maldita mujer.
Ahora que me ha visto enfermo se ha ido y me ha abandonado,
ya no tengo quién me mire, como no me mire usted—.
La madre que se ha enterado del hospital se ha salío,
que quería ver su hijo aunque él la abandonó.
—Hijo mío de mi alma, ya estoy a tu cabecera
aunque tú me abandonaste a salvarte vengo yo.
¶
[Com.: ¡Vivan los novios!]