Agustinita y Redondo

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0556r

Informantes

Notas

La informante indica que este romance se cantaba jugando al corro.

Canta dos veces los dos últimos versos.

Bibliografía

IGRH: 5031

Versión publicada en Anaya Flores (1986: pp. 86-87; música p. 167) y Anaya Fernández y Anaya Flores (1999: pp. 49-50; música p. 181; procedencia y peculiaridades p. 210).

Otras versiones de "Agustinita y Redondo"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3889); Alonso Fernández et alii (2017: n.º 7); Atero Burgos (2003: n.º 156); Cid (1974: n.º 37); Díaz (2007: E.15); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: p. 15); Esteve Faubel (1998: pp. 1121-1122); Fraile Gil (2013: n.º 68); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: p. 160); Majada Neila (1984: n.º 86); Manzano Alonso (2003: pp. 433-442, 438-442); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 174); Moreno Moreno (2016: n.º 138, 139); Pimentel García (2020: n.º 545); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: p. 131); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 32); Tejerizo Robles (2007: n.º 436); Trapero (2000a: n.º 164); Trapero (2003: n.º 85); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 168).

Contaminaciones y engarces

El criado y la señorita + Agustinita y Redondo (Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 241); Muerte de Granero + Agustinita y Redondo (ATO, 00449 07)

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

En el pueblo de la Granja     se ha muerto una señorita
hija de Antonio Moreno,     se llamaba Agustinita.
Estando la Agustinita     con su Redondo a la puerta,
pasó su padre cruel     y la hartó de sinvergüenza.
―Madre, yo estoy muy malita,     madre, me voy a morir;
por Dios deje usté a Redondo     que se despida de mí.―
Le ha contestado la madre     como una fiera malvada:
―Aunque te mueras mil veces,     Redondo no entra en mi casa.―
El padre lo estaba oyendo,     se fue derecho an ca el cura
a que le hicieran la caja     y también la sepoltura.
El padre le dice al cura     con muchísimo respeto
que no deje a Redondo     que vaya a aquel entierro.
El cura le ha contestado     con tanto o más respeto:
―No puedo quitar a nadie     de que vaya a los entierros.―
¡Ay, qué padre tan cruel,     ay, qué familia tan baja:
antes de morir la hija     la están haciendo la caja!
―Ya se ha muerto Agustinita,     ya se ha muerto mi tesoro,
ya se ha muerto quien decía:     “Redondo, vete a los toros”.
Ya se ha muerto Agustinita,     ya se ha muerto mi consuelo,
ya se ha muerto quien decía:     “Redondo, por ti me muero”.―
El anillo que llevaba     en el dedo corazón
se le regaló Redondo,     que le ha costado un millón.
La sortija que llevaba     puesta en la mano derecha
se la regaló Piano,     que le ha costao mil pesetas.
El entierro va delante     y la gente va detrás
y el criminal de su padre     liando un cigarro va. [Com.]
 
 
[Com.: Recopilador: ―Nos dice Eloísa que esto ha pasao de verdad, ¿no? A ver que ǀ ¿Por qué lo sabe usted que pasó de verdad?
Eloísa: ―Porque en este pueblo a ǀ vino un maestro, de niños…
Recopilador: ―¿Hace ya mucho tiempo?
Eloísa: ―Tenía yo… ¿qué podría tener yo?, pues de ocho a nueve años tenía… Y lo cantábamos en la plaza y, precisamente, ¿sabes? ǀ pues enfrente de la plaza vivía el… este señor.
Recopilador: ―¿Dónde? ¿Por dónde está teléfonos?
Eloísa: ―Por donde está teléfonos, arriba vivía, arriba vivía. Y, claro, las muchachas empecemos: “En el pueblo de La Granja”… y, en cuando dijimos: “se ha muerto una señorita, hija de Antonio Moreno”… ǀ Y la… mujer [del maestro] se llamaba Leocadia Moreno… y estaba la mujer al fresco, porque era en el verano cuando las muchachas cantábamos to eso, y… la mujer, al oírlo, se metió y cerró la ventana llorando, y le dijo a su marido: “Nos tenemos que ir de aquí”. “Bah, ¿por qué?”, dice. “Porque mira lo que me ha pasao”. Y se fueron; luego, al poco tiempo, se fueron.
Recopilador: ―O sea, ¿qué era hermana…?.
Eloísa: ―Hermana de ella…, la Agustina era hermana de ella, hermana de ella, ¡hermana de ella!  Su padre se llamaba Antonio Moreno, y ella se llamaba Leocadia Moreno, y la otra se llamaba Agustina Moreno.
Recopilador: ―¿Y ellos no habían oído el romance por otro sitio?
Eloísa: ―No, porque…, como es de La Granja, y los romances, cuando salen, salen a otra… provincia. En la provincia no los cantan. Entonces los imprentaban y los sacaban a otra provincia, porque los familiares ǀ y mira por donde vino aquella…, aquel señor, el maestro, aquí… ǀ y las muchachas ǀ pues  entonces estaba de moda eso, na más que cantar, cantar el…, el…
Recopilador: ―¿Estos romances los aprendían de los ciegos, éste?
Eloísa: ―Claro, de los ciegos que venían. Venían con guitarras y cantaban por las calles y se los comprábamos. Y entonces, pues a las muchachas nos dio na más que por cantar al corro ese y le cantábamos en corro. Y la señora estaba al fresco… y se metió llorando y le dijo al marido ǀ Y luego, al poco tiempo, se fueron de aquí.]

Resumen de "Agustinita y Redondo"

Agustinita está hablando con Redondo. Su padre los sorprende y le da una paliza mortal a la muchacha. Los padres de la chica impiden que Redondo entre a verla e, incluso, quieren evitar que acuda al entierro. Antes de que muera la joven, su familia encarga el ataúd. En el entierro, su padre va detrás de la comitiva liándose un cigarro. En algunas versiones, la joven va adornada con una o varias alianzas costosísimas que le ha regalado Redondo.