Audio
Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
0557r
Categoría:
Colección:
Colección de Jerónimo Anaya Flores
Informantes
Recopiladores
Bibliografía
IGRH: 0176
Versión publicada en Anaya Flores (1986: pp. 83-84; música p. 167, vid. p. 243; y 2016: p. 159).
Otras versiones de "El quintado"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Estudios
GONZÁLEZ, A. (1994). La aparición y El quintado. Renovación y conservación a través del cruce. En D. Catalán, J. A. Cid Martínez y A. Valenciano (Coords.), De Balada y Lírica, 1. 3er Coloquio Internacional sobre el Romancero, vol. 1 (pp. 345-357). Madrid: Fundación Ramón Menéndez Pidal – Universidad Complutense de Madrid.
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Transcripción
Ya se vienen, ya se van los soldados a la guerra;
cincuenta van en quintado, cuarenta el capitán lleva.
Se paran a merendar en una fresca alameda;
unos cantan, otros ríen y otros divierten sus penas,
menos aquel pobre mozo, que es muy grande la que lleva.
Se acerca su capitán, le dice de esta manera:
―¿Qué te pasa, qué te ocurre, qué tienes que na te alegra?
¿Es porque vas en quintado o porque vas a la guerra?
―No es porque voy en quintado ni porque voy a la guerra;
es por mi pobre esposita, afamada costurera.―
Se ha echado mano al pecho, se ha sacado una cadena,
una cadena de perlas que al capitán se la entrega.
Y el capitán le dice: ―Márchate para tu tierra,
que por un soldado menos no se perderá la guerra.
Has de llegar a pedir a la puerta de tu suegra.
―Una limosna, por Dios, pa los que están en la guerra.
―Sí, madre, dásela usted, y aunque me quede sin ella,
solo porque Dios me guarde aquel que tengo en la guerra.
―Ven acá, cándida flor, ven acá, cándida bella,
que yo soy tu maridito que ha venido de la guerra.
―Si eres tú mi maridito, enséñame la cadena,
la cadenita de oro que te llevaste de perlas.
―La cadenita de oro no te la puedo enseñar,
porque en agradecimiento se la di a mi capitán.