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Notas
La informante lo suele cantar con el siguiente estribillo, según este esquema: “la zarandillera”, tras el primer hemistiquio; tras el segundo, “zarandilla y olé”. Pero hay muchas variaciones, por lo que ofrecemos la versión completa:
"—De la guerra viene usted, / zarandilla y olé, / soldadito, soldadito, / la zarandillera, / de la guerra viene usted. // ¿ Ha visto usted usted mi marido, / la zarandillera, / que en la guerra está también? / zarandilla y olé. // —Dame usted las señas de él, / la zarandillera, / por si lo conoceré, / zarandilla y olé. // —Mi marido es alto y rubio, / la zarandillera, / y ansí del cuerpo de usted, / zarandilla y olé, // y en el filo de la espada, / la zarandillera, / lleva un pañuelo francés, / zarandilla y olé, // uno que le estoy bordando, / la zarandillera, / y otro que le bordaré, / zarandilla y olé. // —Su marido, su marido, / la zarandillera, / lo enterraron antiyer, / zarandilla y olé, / lo enterraron antiyer, / zarandilla y olé, // y el encargo me ha dejado, / la zarandillera, / que me case con usted, / zarandilla y olé. // —Eso sí que no lo hago, / la zarandillera, / (y) eso sí que no lo hadré, / zarandilla y olé. // Siete años he esperado, / la zarandillera, / y otros siete esperaré, / zarandilla y olé; // si a los catorce no viene, / la zarandillera, / ( y) a monja me meteré, / zarandilla y olé. // —Un hijo que Dios me ha dado, / la zarandillera. // y adonde ha muerto su padre, / la zarandillera, / que vaya a morir también, / zarandilla y olé.— // —Dame una jarra de agua, / la zarandillera, / que vengo asado de sed, / zarandilla y olé, / que vengo asado de sed, / zarandilla y olé. // —No tengo jarra ni jarro, / la zarandillera, / ni tarrio donde beber, / zarandilla y olé, / ni tarrio donde beber, / zarandilla y olé.— // Estando en esta disputa, / la zarandillera, / se dieron a conocer, / zarandilla y olé. // Se dieron dos mil abrazos, / la zarandillera, / como marido y mujer, / zarandilla y olé".
Se produce confusión de /r/, /l/ en posición implosiva, aspiración de -s y de /j/, ceceo y, en ocasiones, seseo.
La canción se recogió en Madrid, donde estaba hospitalizada la informante.
Sobre ésta y otras canciones manifiesta: "Nos juntamos en rueda, nos juntamos así en pelaeros de maíz, en panizos, y nos poníamos a…, a hacer un corro, así como estamos ahora aquí, y nos echábamos las…, las…, las… el maíz, las panochas, en la falda, y nos poníamos a cantar El carcelero me ronda, La molinera, todas…, todas estas que… ǀ Y cuando cantábamos en el campo, pues a… Los cortijeros…, Los cortijeros, Los merceores… ǀ A la parva, nos poníamos también a la trilla, a trillar, y nos poníamos a la… ǀ Cuando éramos niñas, pues cantábamos a la rueda, la rueda de Matarí, lerí, lerile, En el fondo del mar están las llaves, to eso…, luego también…, pues… ésa, ¿cómo se llama?, la del… Jardinera, tú que entrastes en el jardín del amor, de las flores que regastes dime cuála es la mejor".
Bibliografía
IGRH: 0113
Otras versiones de "Las señas del esposo"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
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