Muerte accidental de la novia y suicidio

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0580r

Informantes

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Notas

La informante indica que el título es El drama de los dos amantes.

Aclaraciones léxicas:

cantaba: entiéndase 'contaba'.

Bibliografía

IGRH: 0000

Versión publicada en Anaya Fernández y Anaya Flores (1999: pp. 100-102; música p. 187; procedencia y peculiaridades p. 212)

Otras versiones de "Muerte accidental de la novia y suicidio"

Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 122); Checa Beltrán (2005: n.º 50); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: p. 147); Manzano Alonso (2003: pp. 548-549); Pimentel García (2020: n.º 586).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

¡Ay, qué lástima de moza,     que veinte años cantaba*!
El cariño de sus padres,     trabajadora y cristiana.
Serían sobre las nueve     o la diez de la mañana;
por una cesta de hierba     para las aves de casa.
No va la doncella sola,     que la acompaña su hermana,
una niña muy bonita,     que siete años rayaba.
Cuando por allí pasó     el que tanto la adoraba,
cantando la palomita,     con su escopeta y su galga.
―Si vienes a eso de las dos      ―María Rosa exclama―,
en este sitio te espero,     y al pueblo con nuestra charla.―
Son la una menos cuarto.     Con su escopeta y su galga
viene cantando Ramón:     ―Me creo que no trae caza.
 ―Cállate― le dice Rosa―;     me escondo tras de esta zarza,
y  cuando pase mi novio,     le doy un susto, ¡caramba!―
Pero al llegar Ramón,     la niña con su inorancia:
―Tírale un tiro a un conejo,     metido entre esa retama.―
Ni corto ni perezoso     el triste galán dispara,
y la perra se echó a aullar     dando la noticia mala.
Cuando el amo la vio muerta,     se quedó como una estatua:
―Perdón te pido, amor mío,     mi dulce prenda adorada.
Coge, niña, y vete al pueblo;     no llores más, desgraciada,
y dile a tu padre, Rufina,     que yo he matado a tu hermana.
Sería ése nuestro sino,     nuestra hora desdichada.
A Dios le pido perdón,     con la muerte ya se acaba.
Yo te quise y te adoré,     amor, con toda mi alma;
quiero morir como tú,     porque la vida me amarga.
Pero me tiembla la mano;     ya tengo escrita una carta
pa que se enteren tus padres     cómo ocurrió la desgracia:
“¡Madre de mi corazón,     madre de toda mi alma,
siquiera por compasión,     lean de su hijo esta carta!
He matado a María Rosa,      y todo por la inorancia;
ya lo sabrán por Rufina,     que vio morir a su hermana.
Aquí me quito la vida     a los pies de mi adorada,
y así juntos nos iremos     a la última morada.
Nuestros padres rezarán     por nosotros una plegaria,
y juntos iremos al cielo     con el ángel de la guarda.
Adiós, mi padre querido,     adiós, mi madre adorada,
porque el alma de su hijo     volar quiere con su amada.
Quiero que pongan una cruz,     con letras grandes grabadas,
el nombre de María Rosa     y Ramón Pérez Villana”.
A los padres de la novia     un fuerte abrazo les manda
aquel que mató a su hija,     pero él también se mata.

Resumen de "Muerte accidental de la novia y suicidio"

Una muchacha sale a su huerta a recoger tomates o hierbas para las aves. Cuando oye que se acerca su novio, que está cazando, se esconde detrás de unas zarzas. El joven cree que se trata de una presa y le dispara. La joven muere. En algunas ocasiones, la muchacha se encuentra en compañía de su hermana, que se dirige hacia el pueblo para comunicar el fatal suceso. Desgarrado por el dolor y por la sospecha de que lo van a considerar un asesino, el muchacho escribe una carta declarando los hechos y se quita la vida.