Lux aeterna

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Notas

La informante indica que el título de este romance es Juan y Dolores.

Se repiten los segundos hemistiquios, excepto el 3b, 7b, 15b, 18b, 38b, 44b y 46b.

Bibliografía

IGRH: 0195

Versión publicada en Anaya Fernández y Anaya Flores (1999: pp. 36-38; música p. 178; procedencia y peculiaridades p. 209).

Otras versiones de "Lux aeterna"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3917, 3918); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 13); Atero Burgos (2003: n.º 26); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 111); Benítez Sánchez (1999: pp. 288-291); Benítez Sánchez (2000: pp. 276-278); Checa Beltrán (2005: n.º 10); Cid (1974: n.º 38); Díaz (2007: E.6); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 128-136); Esteve Faubel (1998: pp. 1109-1115); Fraile Gil (2013: n.º 26); Heredia Menchero (2017: n.º 1033, 1034); Hernández Fernández (2010: n.º 81-82); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: pp. 157-158); Majada Neila (1984: n.º 93); Manzano Alonso (2003: pp. 396-411); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 168); Moreno Moreno (2016: n.º 29); De Mur Bernad (2015: n.º 156); Nieves Martín (2010: n.º 511); Pimentel García (2020: n.º 137); Piñero Ramírez (1996: n.º 27); Piñero Ramírez (2004: n.º 21); Piñero Ramírez (2013: n.º 68); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 103-104); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 38); Rico Beltrán (2009: n.º 92); Romero López (1995: n.º 23); Tejerizo Robles (2007: n.º 435); Trapero (1985, n.º 109); Trapero (2000a: n.º 161); Trapero (2003: n.º 78); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 166); Trujillo Pacheco (2017: n.º 25).

Contaminaciones y engarces

Lux aeterna + Entierro y boda contrastados (Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 167).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Una niña y un niño     que festejaban
hacía cinco años     que se amaban.
Llegó su santo,     le regaló
un corte de vestido     de gran valor.
A otro día por la tarde     fue a pasear;
Juan no tenía gana     con ella hablar.
—Juan, ¿qué te pasa,     que estás tan triste?
Pues si es que no me quieres,     pues me lo dices.
—No te lo digo, Adela,     no te lo digo;
que, si te lo dijera,     es cosa de olvido.
(……………….)     —Pues dímelo,
que si no de la pena     me muero yo.
—Que no te quiero a ti,     que quiero a otra,
que mis ojos han visto     que es más hermosa.
—Si es más hermosa,     pues cásate;
y si a mí no me quieres,     pues déjame.—
A otro día por la tarde     cayó en la cama;
va su amiguita a verla:     —Pues, ¿qué te pasa?
—Lo que me pasa     no te lo digo.
¿Que si has visto a mi Juan     por algún sitio?
—Piensa en ponerte buena,     yo te lo digo;
los amores de Juan     los has perdido,
porque tu Juan,     porque tu Juan    
con tu amiga Dolores     se va a casar.
—Madre, ¡qué noche hace!    ¡Cuántas estrellas!
Ábreme la ventana,     que quiero verlas.
—No, hija mía, no,     que estás enferma,
y el aire de la noche     dañarte pueda.
—Siento ladrar un perro     junto a mi reja;
pa la misa del alba     ya estaré muerta.
—No, hija mía, no,     no digas eso.
—Madre, querida madre,     dame otro beso.
Si viene Juan a verme     después de muerta,
no lo dejen pasar     de aquella puerta.
Vendrán mis amiguitas     Ana y Dolores
a poner en mi tumba     lirios y flores.—
A otro día por la tarde     pasó el entierro;
Juan, que estaba en la puerta,     se metió adentro.
Cogió el retrato     y lo besaba,
y con gran amargura     allí lloraba.
A otro día por la tarde     va al cementerio;
pregunta por la tumba     al sepulturero.
Al cabo de un momento     se siente un tiro
y una voz que decía:     “Me voy contigo”.
Con un revólver     se disparó,
y en la tumba de Adela     allí murió.
—Adiós, los lirios     y los cipreses,
adiós, Adela mía,     adiós pa siempre.

Resumen de "Lux aeterna"

En una secuencia que suele omitirse en algunas versiones, una muchacha nota que su novio se muestra poco elocuente y este le confiesa que ama a otra mujer. Ella enferma de amor y sus amigas acuden a visitarla. Una de ellas le informa de que su novio está saliendo con otra de sus amigas. En otra secuencia que remite a un popular poema de Juan Menéndez Pidal y que se omite en varias versiones, se relata la agonía de la joven, que le pide a su madre que abra la ventana para poder ver las estrellas, a lo que esta se niega por considerarlo perjudicial para su salud. Acto seguido, le encarga que no deje entrar a su amante y le indica la forma en que debe amortajarla. Por último, la joven oye aullar a un perro, signo de su inminente muerte. En otras versiones, la muchacha le pide a su madre que deje pasar a su novio para curarse; esta se niega y asegura que prefiere verla muerta. La enferma culpa a la madre de haber impedido sus amores con el joven. Se celebra el entierro y la comitiva fúnebre pasa por la puerta de Juan. Este se siente culpable, entra en su casa y se arrodilla delante del retrato de la difunta. Al día siguiente, acude al cementerio y, aunque el sepulturero le aconseja que se aleje de allí, el muchacho se acerca a la tumba de la joven y se quita la vida.