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Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante indica que el título es Veinte soldados en guerra.
Se repiten los versos pares del 1 al 14 y del 22 al final
Aclaraciones léxicas:
Mutril: por Motril.
Bibliografía
Versión publicada en Anaya Fernández y Anaya Flores (1999: pp. 43-45; música p. 180; procedencia y peculiaridades p. 210).
Otras versiones de "Guerra de Cuba"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Veinte soldados en guerra, orilla Pinar del Río,
con ciento cincuenta negros en la manigua escondidos.
Y nuestras tropas al raso con muy pocas municiones;
sin tener ningún resguardo los soldados españoles.
Hicieron una matanza, como ustedes ya verán;
de veinte, dos que quedaron se pudieron ocultar.
Atravesando barrancos, llaman la Virgen del Carmen;
se sientan debajo un árbol para ir a preguntarle.
Y le dice el compañero: —Más vale que no vayamos,
no seamos descubiertos y vayan a degollarnos.
A poquito sienten pasos de toda la insurrección;
estos pobres se ocultaron entre matas y un peñón.
Pasó la caballería y a ninguno descubrió;
y pasó la infantería y les descubre a los dos.
Le dicen al cabecilla, y Máximo contestó:
—Amarrarlos a la silla—. Y arrastrando los llevó,
y arrastrando los llevó legua y media de manigua.
Mandó que los desataran para quitarles la vida.
Un negro me los cogió a estos dos pobres soldados,
y al suelo me los tiró a fuerza de machetazos.
Un negro que cerca estaba (y) escuchaba estos chillidos
con cólera se acercaba: —Pillos, ¿todavía estáis vivos?—
Cuatro horas trascurrieron y el pobre se levantó,
temiendo viniera el negro y fuera mucho peor.
Andando fue mediodía; la Virgen lo iba guiando;
a Dios de veras pedía de salir a campo raso.
—Pues ya estoy en libertad y siento a mi compañero
que me lo dejo ahí atrás, macheteado de un negro.—
Desde que entró en movimiento el pobre, casi arrastrando,
de ropa y carne desnudo, de todito destrozado.
Un jefe estaba en la puerta; tuvo que echar a llorar
al verlo de esta manera, sin alientos para hablar.
Lo metieron en la cama, le daban el alimento.
a los tres días habló: —De Mutril* soy si me muero.
Un negro me puso así de treinta y dos cuchilladas;
a los tres días salí de en medio de esas montañas.